Un año más que la mujer mexicana que es madre se ve festejada en México, el jolgorio y algarabía de este día opaca considerablemente otras celebraciones, tal como sucede con los eventos conmemorativos del primero de mayo, fecha que se caracteriza por ser la oportunidad que espera el gremio obrero para hacer escuchar su voz, la mayoría de las veces para expresar inconformidades. Y también es una oportunidad para reconocer a las mujeres. No es necesario esperar al diez de mayo para dejar ver el amor hacia ellas, las madres trabajadoras siguen esperando estar presentes en las fechas importantes de mayo, y al parecer, sería de mucha más importancia aparecer en los discursos laborales del día del trabajo, que en los discursos emocionales del día diez. Las madres trabajadoras necesitan imperiosamente estar presentes en los pliegos petitorios donde se manifieste la necesidad de cubrir las particularidades laborales necesarias para ellas, dado el papel y los roles que socialmente se le han asignado. Para visibilizar las brechas de género en cuestiones laborales, y para hacer cumplir ese principio básico “salario igual a trabajo de igual valor”.
Pero además este mayo trajo otras sorpresas para las mujeres: se aprobó la paridad en todos los niveles de gobierno, marcando así un avance histórico en lo que al avance de la igualdad sustantiva se refiere, ahora sólo queda una pregunta en el aire… Será suficiente para que las mujeres se animen a participar en política? El tema de la ausencia de paridad y de cuotas era en verdad la única limitante en el pensamiento dominante entre las mujeres para participar políticamente? La pregunta queda ahí, aunque al parecer hay varios factores que indican que fue un gran paso, necesario e impostergable; pero que sigue existiendo un factor que limita el avance: las mujeres siguen teniendo un rol de domesticación… Aun cuando los accesos vayan siendo menos restrictivos para ellas, sigue ese condicionante social que ha perdurado durante siglos y que aunque hay avances, falta mucho para poder erradicarlo.
Para que las mujeres puedan acceder a lugares donde no han estado, deben retirarse de donde han estado siempre. Y es ahí donde radica la dificultad. Difícilmente habrá voluntad de trabajar de una manera ardua para sacar a la mujer del espacio privado, es tan fuerte el pensamiento dominante!! Tan arraigados y estereotipados los roles sociales basados solamente en las diferencias biológicas que es muy difícil desprenderlos.
Es muy difícil sacar a la mujer de la domesticidad… pero es doblemente difícil sacar la domesticidad de la mujer.