Morena y el Gato Cuántico: Cuando Todos Son y No Son Candidatos

Las candidaturas locales de Morena se han convertido en una especie de experimento al mejor estilo del gato de Schrödinger: están simultáneamente vivas y muertas, hasta que se abra la caja electoral. Tanto es así que un militante, entre risas, me dijo que actualmente “todes en Morena son candidates”, en una especie de democracia cuántica, hasta que se proclame al elegido oficial.

Entonces, surge la pregunta: ¿Por qué Morena ha postergado la designación de sus candidatos locales? ¿Estrategia maestra o un juego de tronos interno sin coordinación? Aunque desde el partido intentan vender la idea de una maniobra estratégica, destinada a fortalecer la marca mientras el PAN avanza sin rival al frente: parece que olvidaron poner el reloj en hora.

En Querétaro, por ejemplo, el PAN ya no solo está en la mesa, sino que Felipe Fernando Macías ya se ha comido la mitad de la precampaña, posicionándose en el imaginario colectivo, para bien o para mal, mientras que en Morena aún están decidiendo.

En enero, los rumores sugerían que Armando Rivera, el panista convertido en nómada político, estaba listo para dar el salto (o el “chapulinazo”, como dirían algunos) y convertirse en el candidato de Morena para la alcaldía. Rivera, recordemos, enfrentó a la vieja guardia panista como si fuera un héroe de acción en su propio filme, prometiendo seguir adelante con o sin o a pesar de ellos.

Después de eso y de ser el padrino político de Marcos Aguilar, coqueteó con el PRI y ahora, en un giro de telenovela, parecía tener un pie en Morena, y hasta posó en fotos con Santiago Nieto como si estuvieran anunciando un nuevo spin-off político. Pero Rivera ya regresó a su querencia blanquiazul.

Y como en toda buena serie, no faltan los giros inesperados: el expriista Chema Tapia emerge de las sombras, proclamándose ganador de la encuesta interna después de una inversión digna de una campaña presidencial en redes sociales.

Por otro lado, Paloma Arce, diputada local y protagonista en este enredo, también reclama su derecho al trono. Mientras tanto, el favorito de la crítica, Arturo Maximiliano (otro ex panista, porque aparentemente en la política todos los caminos llevan a Roma), también está en la carrera. Hasta el momento, en Morena todos son candidatos y ninguno lo es, encapsulando perfectamente el dilema del gato de Schrödinger.

Mientras tanto, en otros municipios como San Juan del Río, la trama se complica aún más, con Acción Nacional y otros partidos avanzan con paso firme hacia las elecciones y dejan atrás a las candidaturas cuánticas de Morena. ¿Cuál será el desenlace de esta comedia de errores políticos? Solo el tiempo, y quizás un observador muy atento, podrá decirnos qué pasará con el gato de Schrödinger de Morena.

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