Viajar nos mantiene enfocados en lo trascendental de la vida, ¿por qué? Ya sea que estés exprimiendo tu presente y por tanto, cada instante de la experiencia al máximo o, por el contrario, te das cuenta de que extrañas mucho tu casa y tu entorno; entonces revelas buena parte de aquello que es importante en tu corazón y por eso, nos ayuda a observar lo que es significativo para nosotros.
Entonces, volviendo al punto… ¿Por qué California es mágico?
Tiene una combinación que genera impacto visual entre las vistas al mar, las pequeñas paradas con diversos paisajes y los puntos ancla: Los Ángeles y San Francisco, ciudades iconográficas de EEUU donde se han filmado una gran cantidad de películas, se trata de un lugar donde puedes ser adulto y niño al mismo tiempo y por esta razón, este artículo se tuvo que dividir en dos.
El itinerario fue el siguiente:
Día 1: Hospedaje en Los Ángeles.
Día 2: Recorrido en ruta desde L.A. hasta San Francisco:
- Parada en el Muelle de Malibú para observar algunos pescadores en acción.
- Recorrido en auto por Sta. Bárbara.
- Desviación sorpresa en el pueblo de Solvang: pintoresco lugar que imita la arquitectura holandesa y una excelente panadería.
- Tour en el Castillo de Hearst: opulenta mansión con divinas habitaciones y vistas escénicas al mar. ($600.00 pesos)
- Avistamiento de viñedos, leones marinos, lagunas y,
- Llegada al Hostal en San Francisco.
Día 3: Día libre en S.F.: nos levantamos muy temprano y recogimos las bicicletas que apartamos en línea ($500.00); rodamos por la ciudad hasta llegar al Golden Gate donde Adán y yo nos comprometimos, después cruzamos hasta Sausalito, tomamos un autobús público por $100 pesos y compramos entradas para conocer las secuoyas gigantes en Muir Woods, donde se filmó “El Planeta de los Simios” ($300.00), bajamos en bici hasta Pier 39 (el muelle más atractivo de Sn. Fco.) y terminamos el día celebrando nuestro compromiso en Tony’s Pizza Napoletana, mundialmente galardonada y de mis favoritas.
Día 4: Para este día, queríamos ver la arquitectura y calles inclinadas tan características, entre ellas Lombard Street una avenida tan pronunciada que los autos bajan en zigzag, aprovechamos para subirnos a los famosos “cable cars” (los vagones de trenecito), comer chocolate en la fábrica de Ghirardelli y llegar al corazón de la ciudad, donde también está el distrito financiero; recorrimos China Town porque es uno de los barrios más grandes en Norte América y saludamos a nuestro buen amigo Chachi porque ese día bajó del crucero a puerto.
Esa misma tarde abordamos un ferry y fuimos a la antigua prisión de Alcatraz, situada en una isla bastante apartada de la orilla, me atrevo a decir que es imperdible, la entrada cuesta cerca de $800 pesos, incluye audífonos con historias alucinantes sobre las costumbres en el recinto, los principales personajes como Al Capone y los intentos de escape de algunos reos, vale cada centavo pagado.
Día 5: Retorno a Los Ángeles por la carretera central, la diferencia en tiempo es de 7 horas porque no hay tantos puntos turísticos, son 5 horas planas de ruta. Llegamos al centro para la tarde y manejamos sin rumbo fijo por buen rato hasta llegar a LACMA (el museo de arte) donde uno de los principales atractivos es la serie de faroles que adornan el lugar.
Día 6: Disneyland, no necesita más presentación, ni descripción, salvo decir que ese día cualquier ser humano tiene la posibilidad maravillosa de convertirse en niño ($2000).
Día 7: Queríamos visitar el mar aún cuando el clima no era el más cálido para dos mexicanos, estábamos a 12 grados con viento, nada que ver con nuestras playas y aún así decidimos visitar Santa Mónica, después Hollywood y por último el Observatorio Griffith donde disfrutamos de música clásica combinada con un espectáculo de constelaciones y estrellas nocturnas, al final estaba algo nublado y no pudimos ver Venus en el telescopio pero si el supuesto “Nakatomi Plaza” el edificio donde Bruce Willis hizo “Duro de Matar”.
Día 8: San Diego, fuimos a conocer y visitar a nuestro amigo Chachi que bajó a tierra nuevamente, hicimos algunas compras personales tanto en San Diego como en Los Ángeles, buen lugar para gastar aunque mi favorito sigue siendo San Antonio y Miami, pero las ofertas son buenas.
Día 9: retorno a México.
Total: $23 mil por persona.
En conclusión, verás que fue un viaje de intensas emociones personales, en este misma travesía pude tener contacto conmigo, con la naturaleza, ver ciudades cosmopolitas, ser niña (nunca había ido a Disney) y al mismo tiempo darme la oportunidad de hacer mi familia (momento adulto) al comprometerme con Adán, simplemente me cambió y me abrió un mundo de posibilidades, por eso lo amo y lo fomento porque nos abre la mente y nos cambia para siempre.