Un grupo de científicos encontró en África restos fósiles de bebés que vivieron hace más de 2 millones de años.
Las piezas, que incluyen mandíbulas y un maxilar, fueron estudiadas por investigadores de Francia e Italia, quienes descubrieron algo muy importante: en ese tiempo ya existían dos especies humanas diferentes.
El hallazgo ocurrió en Etiopía y Sudáfrica, lugares conocidos como parte de la “cuna de la humanidad” porque allí han aparecido muchos fósiles antiguos.
Los investigadores José Braga y Jacopo Moggi-Cecchi explicaron que estas mandíbulas son de dos especies: Homo habilis y Homo erectus.
Un bebé muy antiguo, pero diferente a nosotros
La mandíbula encontrada en Etiopía pertenece al Homo habilis y es muy distinta a la de los niños de hoy.
En cambio, la del sitio Kromdraai, en Sudáfrica, atribuida al Homo erectus, se parece mucho más a las mandíbulas de los bebés actuales.
Según los científicos, esta diferencia no se debe al ambiente o a la alimentación, sino a que las dos especies ya eran distintas desde que nacían.
Esto quiere decir que, desde hace 2.2 millones de años, ya había caminos diferentes en la evolución humana.
¿Qué significa este descubrimiento?
Este hallazgo ayuda a entender mejor cómo surgieron los primeros humanos. El Homo erectus, por ejemplo, está más relacionado con nosotros que el Homo habilis.
Para los científicos, este tipo de descubrimientos muestra que nuestros orígenes son más diversos y antiguos de lo que antes se creía.
El estudio fue publicado en la revista científica Nature Communications, y fue presentado en una conferencia de prensa en Toulouse, Francia.
¿Por qué es importante saber esto?
Conocer cómo fue la evolución humana nos ayuda a entender de dónde venimos y cómo cambiamos con el tiempo.
Estos fósiles, aunque pequeños, cuentan una gran historia: la historia de cómo empezó la humanidad. Y gracias a estos bebés de hace millones de años, hoy podemos saber un poco más sobre nosotros mismos.