Sin fútbol ni liderazgo, el campeón vigente cayó en cuartos ante un Arsenal que resistió con madurez y volvió a imponerse en el Santiago Bernabéu.
No hubo remontada ni milagro posible.
El Real Madrid se despidió de la Liga de Campeones en los cuartos de final, derrotado por un Arsenal que ya se ha convertido en su nueva ‘bestia negra’ en Europa.
han sido 4 enfrentamientos, tres victorias para los ingleses y un empate; el conjunto de Mikel Arteta volvió a salir airoso del Santiago Bernabéu y se medirá al PSG en semifinales, mientras que el actual campeón se marchó con impotencia y sin respuestas.
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El misticismo del Bernabéu, las gestas pasadas y la llamada a la épica no bastaron esta vezm el equipo blanco mostró una preocupante falta de fútbol, escaso liderazgo en el campo y pocas ideas más allá de la intensidad.
Vinícius y Mbappé, dos de los mejores jugadores del mundo, no lograron conectarse como se esperaba y apenas generaron peligro ante un Arsenal que no se dejó intimidar por la presión ambiental.
A los dos minutos, Mbappé marcó un gol con el pecho que fue anulado por fuera de juego, luego, intentó una jugada individual que conectó con Vinícius, pero fue de las pocas acciones que inquietaron a los ingleses.
El Arsenal, sin temores, respondió con un disparo cruzado de Saka y un tiro desde la frontal que exigió a Courtois. La eliminatoria pudo quedar sentenciada con un penalti señalado por el VAR tras un agarrón de Asensio a Mikel Merino, pero Saka falló su disparo estilo Panenka y Courtois mantuvo la esperanza blanca.
El Real Madrid, a falta de ideas, buscó imponerse con presión alta y coraje, pero no probó a David Raya en todo el primer tiempo.

Rodrygo, sostenido por Ancelotti pese a su bajo rendimiento, se mostró inefectivo, mientras que Vinícius fue voluntarioso pero errático, Mbappé, frustrado por la falta de balones, apenas generó un disparo lejano. Modric y Ceballos, los llamados a imponer criterio, iniciaron el partido en el banquillo.
La única oportunidad clara llegó con un penalti señalado por un supuesto agarrón de Rice a Mbappé, que el árbitro terminó anulando tras revisión en el VAR.
El partido se enfrió y el ritmo atropellado del Madrid contrastó con la templanza del Arsenal, que se refugió y esperó su momento, en una contra, Martinelli volvió a probar a Courtois, mientras Raya seguía como espectador.
Ancelotti modificó su esquema pasada la hora de juego: dio entrada a Ceballos, cambió a los laterales con Fede Valverde por derecha y Fran García por izquierda, y dio minutos a Endrick, buscando una reacción.

Pero fue el Arsenal fue el que golpeó: un pase filtrado de Mikel Merino dejó a Saka frente a Courtois y el inglés definió con clase, picando el balón para sellar el 0-4 global.
Vinícius maquilló el marcador al robarle un balón a Saliba, que se durmió en el borde del área, y definió a puerta vacía.
Fue su único acierto de la noche, tras haber sido silbado por la afición. Mbappé también se marchó entre abucheos, lesionado tras una presión mal ejecutada, sin aparecer en una cita donde se esperaba que liderara al equipo.
El partido concluyó con un Real Madrid desordenado, volcado sin precisión, y un Arsenal que supo resistir y salir con vida en sus escasas transiciones.

Martinelli aún tuvo tiempo para firmar una nueva llegada peligrosa en el añadido. La derrota fue dura: la sexta del Madrid en esta edición de la Champions, que deja una sensación de fin de ciclo para Ancelotti, el técnico más laureado de su historia, que podría haber dirigido su última noche europea con el club blanco.
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