La menstruación, el deporte y los Juegos Olímpicos

Algo de lo que no se ha hablado con más extensión es cómo la menstruación tiene injerencia en el rendimiento deportivo.

La participación de las mujeres en el deporte es algo que tiene apenas un siglo de historia, ya que, desde la Antigüedad, las mujeres no podían participar en competencias deportivas, mucho menos ser parte de los Juegos Olímpicos, pero el camino de las mujeres se ha encontrado con baches a lo largo de la terna deportiva.

Con el tiempo, la participación de las mujeres y las situaciones que competen a las mujeres deportivas fue volviéndose más visible, pero costó mucho trabajo, pues por décadas las necesidades de las mujeres deportistas no han sido tan escuchadas.

Desde la vestimenta, las condiciones para practicar deporte, así como los cambios físicos de las mujeres sujetas al deporte de alto impacto son cuestiones que todavía requieren atención, no hace poco las deportistas han salido a mencionar la menstruación, un tema del que no se ha hablado lo suficiente en el deporte.

Las mujeres en los Juegos Olímpicos

La lucha por la paridad dentro de la terna deportiva ha sido una cuestión que, inclusive en la actualidad, todavía causa debate, pues aunque se ha procurado disminuir la brecha entre las y los deportistas, aún sigue siendo un problema en resolución.

La historia de las mujeres en el deporte tiene su origen más en la historia contemporánea, ya que en la antigua Grecia, no se tomaba en cuenta a las mujeres para participar en las competencias deportivas, pues solo eran meras espectadoras de los Juegos. Solo se le permitía a las mujeres solteras ser partícipes del certamen. Las mujeres que tuvieran un matrimonio tenían prohibido acceder a Olimpia a presenciar las hazañas de los deportistas.

En los Juegos modernos, celebrados desde 1886 en Atenas, las mujeres no eran partícipes de las competencias, donde uno de los fundadores de los Juegos Olímpicos Pierre de Coubertin, consideraba los Juegos una “exaltación del deporte masculino”, donde las mujeres servían como meras espectadoras y animadoras del evento.

Para 1900, las mujeres por primera vez tuvieron la oportunidad de participar en los Juegos Olímpicos de París, desafortunadamente fue solo de manera testimonial, pues se consideró la participación de las mujeres como algo extraoficial, limitando su inclusión en deportes considerados de “naturaleza femenina”, como el golf, el croquet o el tenis.

Las mujeres con el tiempo fueron exigiendo que se les considerara más allá, lo que rindió sus frutos, pues en deportes como el atletismo, la esgrima, la natación y la gimnasia comenzaron a incluir a las mujeres en estas modalidades deportivas.

Los Juegos de Ámsterdam en 1928 fueron un antes y después en la inclusión femenina, ya que se inscribieron un total de 300 mujeres, representando un poco más del 10% total de deportistas. Con el paso de cada Juegos Olímpicos, el porcentaje de mujeres fue aumentando, siendo los Juegos de Atlanta de 1976 uno de los lugares donde el progreso de las mujeres tuvo mayor repercusión en la historia olímpica.

Para los Juegos de Atenas 2004, la participación de las mujeres llegó a superar el 40%, para Londres 2012, fueron las Olimpiadas con mayor representación femenina, alcanzando 4.850 deportistas. En los Juegos de Río 2016 disminuyó al 45%, para Tokio el 48,8% eran mujeres y para los Juegos de París 2024, la participación femenina alcanzó el 50%.

De lo que no se habla: la menstruación

Uno de los temas tabú en el deporte ha girado en torno a la menstruación y su injerencia en el deporte, algo que las deportistas están hablando con más frecuencia en los últimos años. En 2016, la nadadora de la República Popular de China Fu Yuanhui, mencionó en Río 2016 sobre cómo su período le estaba afectando su competencia deportiva.

De hecho, mi regla empezó anoche. Así que me siento muy débil y muy cansada. Pero eso no es excusa. Al fin y al cabo, no nadé muy bien”

Declaraciones de Fu a la cadena china CCTV tras quedarse fuera del podio en la final del relevo estilos 4×100 metros femenino.

Otras deportistas que han hablado sobre la afectación de la menstruación en el deporte ha sido por parte de la neozelandesa Lydia Ko habló sobre sus dolores menstruales y que sentía que tenían un efecto en su confianza como atleta a comparación con sus compañeros hombres.

Una encuesta realizada a jugadoras de rugby a vísperas de París 2024 por el Colegio Nacional de Ginecólogos y Obstetras de Francia que estudia el problema de la menstruación entre las deportistas, mostró que el 75% de las jugadoras de rugby consideran que tienen una experiencia negativa de la menstruación, concretamente, el 20% considera que sus periodos son demasiado abundantes y el 44% que son dolorosos. Solo el 54% de las atletas ha comentado estas situaciones con su médico.

Debido a ello, lanzaron una campaña de información, así como talleres de sensibilización sobre los ciclos menstruales en los centros regionales de recursos, competencias y rendimientos deportivos entre octubre de 2022 y febrero de 2024.

Por otro lado, se ha encontrado que solo el 9% de los estudios de ciencias del deporte están dirigidos a las mujeres, a diferencia el 71% de sus homólogos masculinos. Una constante donde se analiza y estudian los cambios que suceden en el cuerpo masculino, pero que en las mujeres no funciona de la misma manera.

En París 2024, el programa Empowher, busca mejorar el rendimiento deportivo pero además, llenar el vacío científico que existe entre el deporte y la fisiología femenina. Además, ayuda a las atletas a gestionar su periodo antes y durante los Juegos Olímpicos.

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