La no remuneración en las labores de cuidado

El trabajo doméstico y las labores de cuidado son actividades para la sociedad para desapercibida su importancia.

La sociedad está sostenida por las labores de cuidado y el trabajo doméstico. En nuestra sociedad patriarcal, el trabajo que es pagado, el trabajo de la esfera pública que ha tenido prosperidad tiene por detrás implicaciones que sin ellas no podrían llevarse a cabo, ya que las labores de cuidado y el trabajo doméstico son principalmente realizados por mujeres y son contribuyentes del desarrollo económico de los países.

Desafortunadamente, el reconocimiento del trabajo doméstico ha puesto a las mujeres en posiciones vulnerables pues implica un trabajo sin pago, sin reconocimiento y sin la importancia que debe dársele.

El trabajo doméstico: una profesión no pagada

El trabajo doméstico implica toda tarea doméstica como cocinar, limpiar, cuidar a los niños, ancianos o personas vulnerables dentro de la familia, además de procurar el funcionamiento de una casa. Estas tareas son esenciales para el funcionamiento de la sociedad y de la economía y lo peor del caso, es que se dan por sentadas.

Uno de los grandes problemas es que estas tareas son impuestas a las mujeres del hogar en una idea patriarcal de que el trabajo de las mujeres es dentro de casa. Así, muchas mujeres se ven en una situación donde se vuelven cuidadoras y no se les reconoce como tal. Además, muchas mujeres no solo son cuidadoras, sino proveedoras del hogar, lo que su papel es aún más pesado, ya que desempeñan ambas funciones.

Se estima que a nivel mundial, el valor económico generado por estas actividades representa el 9% del PIB, mientras que en México representa el 24.3% del PIB, donde el 17.6% corresponde a mujeres y el 6.7% a hombres.

Un trabajo que se le ha atribuido a las mujeres

Algo que no se puede dejar de lado es que el trabajo de cuidados no remunerados se aplica con mayor frecuencia a niñas y mujeres, quienes se encuentran en situaciones donde el hogar, la familia y la sociedad misma les dicta que su rol es ser cuidadoras.

Muchas mujeres terminan volviéndose cuidadoras sin darse cuenta, pues las situaciones dentro de casa las ha empujado a ser cuidadoras en las que el nivel de responsabilidad recae en ellas y muchas veces se encuentran en situaciones donde para sostener los cuidados dependen económicamente de alguien más.

La carga socioeconómica que recae en las mujeres las pone en una situación complicada, pues debido a la no remuneración las mujeres se ven sujetas a la voluntad económica del sostén de la casa, lo que implica dependencia total.

El aumento de los cuidados no remunerados aumentó durante la pandemia, pues en los países más pobres de América Latina, Asia y África, fue notablemente más alto a comparación de los países ricos.

También mucha de la carga de los trabajos de cuidado no remunerados viene de la estereotipación y la creencia del rol de las mujeres dentro de casa ha hecho que las niñas y mujeres asuman la responsabilizar de cuidar a los demás miembros de su familia.

Tanto a nivel internacional como en México, se estima que las mujeres invierten tres veces más horas que los hombres al llevar a cabo estas actividades, pues las mujeres llegan a dedicar más de 30 horas a la semana Por otro existe una enorme brecha de género en cuanto porcentaje entre las mujeres y los hombres que realizan estas tareas.

Soluciones ante el trabajo de cuidados no remunerado

Si bien es un problema estructural muy arraigado tanto social como ideológico, es necesario primero reconocer que el trabajo de las labores domésticas es un trabajo, y que las mujeres que lo realizan merecen una compensación económica por dicho trabajo.

Por otro lado, es necesario crear redes de cuidado para las mujeres que se encuentran en estas situaciones, porque si ellas cuidan ¿quién las cuida a ellas?.

Es importante además, promover que el trabajo doméstico debe ser realizado por los miembros de la casa, crear campañas y movimientos que concienticen sobre quién está haciendo los trabajos y la enorme importancia que tienen para el funcionamiento de las sociedades.

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