Nearshoring, clave para la economía de México en contexto global

El nearshoring se ha convertido en un tema central para México, impulsado por la cercanía con Estados Unidos y las nuevas dinámicas comerciales.

En el coloquio “Cadenas globales de valor y polos industriales en la era del nearshoring”, el secretario académico del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, José Manuel Márquez Estrada, analizó los efectos de esta estrategia en la economía nacional.

“México pasó de una economía principalmente autónoma a un entorno donde dependemos de insumos foráneos para producción”, explicó Márquez Estrada.

Señaló que este cambio es fruto de la globalización y la apertura comercial, iniciada en los años 80 y consolidada por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Según el académico, estos acuerdos han creado tanto oportunidades como desafíos.

El nearshoring permite a las empresas acercar su producción al mercado de consumo, reducir costos, mejorar la comunicación y optimizar la gestión operativa. Sin embargo, la dependencia de insumos externos y el cambio constante del entorno global exigen un análisis profundo.

Jorge Mario Martínez Piva, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), destacó que el nearshoring no solo redefine el comercio, sino que también plantea la necesidad de políticas de desarrollo productivo en la región. “El enfoque se ha movido hacia la seguridad y estrategia geopolítica, especialmente entre México y Estados Unidos”, indicó Martínez Piva, refiriéndose a los cambios en la política de producción estadounidense desde 2008.

En este contexto, México tiene la oportunidad de integrarse en cadenas de valor en sectores clave como el automotriz, energético y tecnológico.

“La pandemia y las tensiones comerciales han motivado a empresas estadounidenses a buscar producción cercana, y México está en el centro de esta reestructuración industrial”, concluyó Martínez Piva.

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