En un acto de solidaridad, la Iglesia Católica en Querétaro anunció la disposición del albergue migrante Toribio Romo para atender a migrantes centroamericanos deportados masivamente por Estados Unidos.
Así lo confirmó Martín Lara Becerril, vicario general de la Diócesis de Querétaro, quien destacó que el albergue tiene capacidad para 80 personas por día.
Lara Becerril subrayó que los migrantes no mexicanos enfrentan un reto mayor, ya que, a diferencia de los connacionales, no cuentan con comunidades de origen en México que los reciban.
En este contexto, el albergue Toribio Romo busca ofrecer un espacio temporal para aquellos en situación vulnerable.
“Abrimos nuestras puertas a lo que tenemos, aunque la capacidad es limitada. Nos enfrentaremos a oleadas si las deportaciones se vuelven permanentes”, declaró el vicario.
Plan ante oleadas y reinserción laboral
Si la cantidad de deportados sobrepasa las capacidades del albergue, la diócesis planea colaborar con Cáritas, una organización enfocada en la ayuda humanitaria.
En tanto, para los migrantes queretanos deportados, Lara Becerril expresó confianza en que los programas estatales de empleo sean lo suficientemente sólidos para facilitar su reinserción laboral y asegurar el sustento de sus familias.
“Todos los paisanos son bienvenidos y podrán reencontrarse con sus familias. Su desafío será la reincorporación laboral, pero confiamos en los esfuerzos del gobierno estatal para evitar un desbordamiento”, añadió.
El albergue Toribio Romo se convierte así en un símbolo de apoyo en un momento en el que las políticas migratorias endurecidas en Estados Unidos generan incertidumbre para miles de personas en tránsito.