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Obispo de Querétaro conmemora la última cena en el penal de San José El Alto

En medio de un ambiente solemne pero esperanzador, el obispo de Querétaro, Fidencio López Plaza, compartió la celebración de la Última Cena con más de 600 internos del Centro Penitenciario Varonil de San José El Alto.

Como cada Jueves Santo, el acto incluyó el tradicional lavatorio de pies, con el que se recuerda el gesto de humildad de Jesús hacia sus discípulos.

Durante la homilía, el obispo pidió a los internos ver su estancia en el penal no como un castigo únicamente, sino como una oportunidad para encontrar sentido, sanar heridas y reflexionar sobre su vida.

“¿Para qué estoy aquí?”, planteó el prelado. “Este tiempo también puede ser luz, para ti y para quienes te rodean”.

López Plaza insistió en que incluso dentro del encierro, se puede vivir con justicia, alegría y espíritu de servicio.

Les recordó que Jesús mismo pidió visitar a los presos y que en cada uno de ellos hay un rostro en el que también se refleja el suyo.

650 personas participaron en la ceremonia

El acto religioso se desarrolló dentro de la capilla del penal, donde también se llevó a cabo el traslado del Santísimo al monumento de la Eucaristía, como es tradición en la liturgia católica.

Más de 650 internos participaron en la celebración. La misma ceremonia también fue replicada en el Centro Femenil de San José El Alto y en los penales de San Juan del Río y Jalpan de Serra.

Durante la profesión de fe, el obispo invitó a los presentes a renunciar al mal y a las obras que dividen, mienten y generan odio. Su llamado fue claro: aun en medio del encierro, se puede elegir otro camino.

Este tipo de celebraciones se enmarcan dentro de las actividades de pastoral penitenciaria de la Diócesis de Querétaro, que busca acompañar a las personas privadas de su libertad a través de visitas, misas y apoyo espiritual.

Con información de la Agencia de Periodismo Digital.

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