La Corte Suprema de Brasil ordenó este miércoles abrir un juicio contra el expresidente Jair Bolsonaro, acusado de intentar un golpe de Estado para impedir la investidura de Luiz Inácio Lula da Silva tras perder las elecciones de 2022.
El proceso expone al exmandatario ultraderechista a una posible condena de hasta 40 años de prisión y debilita sus aspiraciones de volver a la presidencia.
La fiscalía lo acusa de liderar una organización criminal que buscó anular el resultado electoral y mantenerse en el poder por la fuerza.
Según la investigación, el plan incluía la emisión de un decreto para justificar un “estado de defensa” e incluso el asesinato de Lula y del juez Alexandre de Moraes, quien ha encabezado varios procesos en su contra.
El Supremo Tribunal Federal (STF) aprobó por unanimidad abrir el proceso contra Bolsonaro y otros siete colaboradores, entre ellos los exministros Walter Braga Netto (Defensa) y Anderson Torres (Justicia), así como un excomandante de la Marina.
Juicio histórico en un país marcado por la dictadura
El juicio promete ser histórico en un Brasil que aún recuerda la dictadura militar (1964-1985), periodo que Bolsonaro ha elogiado públicamente. La imagen del expresidente, de 70 años, en el banquillo representa un giro significativo para la política brasileña.
Aunque Bolsonaro no compareció ante la corte en Brasilia este miércoles, su abogado, Celso Sanchez Vilardi, rechazó las acusaciones, afirmando que “no se halló absolutamente nada” contra su cliente. El expresidente, inhabilitado políticamente hasta 2030 por haber cuestionado sin pruebas el sistema electoral, se declaró inocente y denunció ser víctima de persecución política.
A pesar de su situación legal, Bolsonaro ha expresado su intención de postularse en las elecciones de 2026, inspirado en la posibilidad de que Donald Trump regrese a la Casa Blanca a pesar de sus propios problemas judiciales.
Conexión con el asalto del 8 de enero
La investigación también vincula a Bolsonaro con los disturbios del 8 de enero de 2023, cuando miles de sus seguidores invadieron y vandalizaron las sedes de los tres poderes en Brasilia. La fiscalía sostiene que el expresidente, aunque no participó directamente, alentó las acciones golpistas con su retórica.
Los analistas consideran poco probable que Bolsonaro sea detenido preventivamente, por lo que aguardará el juicio en libertad. Sin embargo, se espera que el proceso avance rápidamente para no interferir con las elecciones municipales de 2026.
La situación judicial del exmandatario ocurre en un contexto de caída de popularidad para Lula, quien, a sus 79 años, no ha confirmado si buscará la reelección. El actual presidente también enfrentó problemas legales en el pasado: fue encarcelado por un escándalo de corrupción antes de que las condenas fueran anuladas, lo que le permitió regresar al poder en 2023.
Con información de AFP