Jimmy Carter, expresidente de Estados Unidos y Premio Nobel de la Paz, falleció este domingo a los 100 años en su casa de Plains, Georgia. Según informó el Centro Carter, el exmandatario murió “pacíficamente, rodeado de su familia”.
Carter, el presidente más longevo en la historia del país, vivió sus últimos meses en cuidados paliativos, tras ser diagnosticado con un cáncer cerebral en 2015. Su hijo, Chip Carter, lo recordó como un “héroe” que defendió la paz, los derechos humanos y el amor desinteresado.
Líder de un mandato y mediador internacional
Carter fue elegido presidente en 1976, en un contexto de desconfianza hacia el gobierno tras el escándalo de Watergate.
Gobernó durante un solo mandato, destacándose por los acuerdos de Camp David, que llevaron a un tratado de paz entre Israel y Egipto en 1979.
Sin embargo, su administración enfrentó duras críticas, particularmente durante la crisis de los rehenes en Irán.
Un fallido intento de rescate en 1980 marcó el declive de su mandato y abrió la puerta a la victoria de Ronald Reagan en las elecciones.
Incansable labor humanitaria
Tras dejar la Casa Blanca, Carter dedicó su vida al activismo global.
En 1982, fundó el Centro Carter, con el cual promovió la paz, la salud y el desarrollo en países como México, Nicaragua y Venezuela. Por estas labores, recibió el Premio Nobel de la Paz en 2002.
Incluso en su vejez, continuó trabajando en causas caritativas junto a su esposa Rosalynn, como su participación activa en Habitat for Humanity.
A los 90 años, seguía construyendo viviendas para personas necesitadas.
Una vida marcada por el servicio
Carter también es recordado por sus valores cristianos y su conexión con sus raíces. Tras dejar la presidencia, regresó a Plains, su localidad natal, donde administró la granja de maní de su infancia.
Su esposa, Rosalynn, con quien estuvo casado 77 años, falleció en noviembre de 2023 a los 96 años. Carter, frágil pero presente, asistió a su funeral en silla de ruedas.