Suspensión del programa alimentario en EEUU. deja a millones sin ayuda

FOTO: MARK FELIX / AFP
Redacción

La suspensión temporal del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) en Estados Unidos, tras la parálisis presupuestaria provocada por la falta de acuerdo en el Congreso, ha puesto en riesgo la alimentación de más de 40 millones de personas, muchas de ellas familias de bajos recursos.

En Houston, Texas, el impacto es inmediato. Eric Dunham, de 36 años, padre de dos adolescentes y con una discapacidad física, asegura que sin los vales del SNAP “literalmente no come”. Con apenas 24 dólares disponibles después de cubrir la manutención de sus hijos, este sábado sobrevivió gracias a la solidaridad de un pequeño restaurante local.

“Hay muchos despidos y encima ahora la gente se queda sin beneficios de alimento. Nadie sabía qué iba a pasar, así que hice sándwiches para quienes dependen del programa SNAP”, explicó Nhan Ngo, dueño del restaurante Petit Beignets and Tapioca, quien improvisó una jornada de ayuda comunitaria.

Aunque un juez federal ordenó al gobierno usar fondos de emergencia para mantener el programa, la respuesta burocrática se ha demorado, dejando a miles sin apoyo. En el área de Houston, el Banco de Alimentos distribuye alimentos a las afueras del NRG Stadium, donde cientos de autos hacen fila por una caja de productos básicos.

“Esto no es un lujo. Es algo tan básico como comida para mis hijos”, dijo Sandra Guzmán, madre de dos niños, quien asegura que los vales alimentarios representan el 40% de su gasto mensual.

El presidente del Banco de Alimentos de Houston, Brian Greene, advirtió que 425,000 hogares en la región están afectados: “Esto nunca había ocurrido. Las comunidades están haciendo lo posible por ayudar, pero la situación es crítica”.

Mientras tanto, la frustración crece. May Willoughby, de 72 años, acudió con su nieta a recibir víveres y teme un estallido social si la ayuda no se restablece pronto: “Si cortan las ‘food stamps’, habrá caos. La gente peleará por comida”.

Otras voces critican las prioridades del gobierno. Carolyn Guy, madre desempleada de cuatro hijos, cuestionó el gasto en un nuevo salón de baile en la Casa Blanca. “Nos quitan los cupones de alimentos, pero construyen un ballroom. No tiene sentido”, lamentó.

Al final del día, Eric volvió a casa con unos sándwiches y un gesto de gratitud. “Mostré mi carnet del SNAP y las cicatrices del accidente. No tenía cómo pagar… pero el abrazo que le di a Nhan fue todo lo que pude ofrecer”, relató.

Mientras el gobierno busca reactivar el financiamiento, millones de familias viven con incertidumbre sobre cómo conseguirán su próxima comida.

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