25 años: La boda de mi mejor amigo.

Como cualquier otro género cinematográfico, la comedia romántica -renombrada en últimos años como “dramedy” o “dramedia”-, tiene valor propio. Suele ser menospreciada por su carácter emotivo y tendencia amorosa hacia el final feliz y sencillo. La apreciación puede ser demasiado rigorista pues cuenta con buenas producciones que se hacen las predilectas muchos, como la que cumple 25 años: La boda de mi mejor amigo.

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La comedia romántica no es más irreal que cualquier otra película de ficción, horror o acción. Por otra parte, una de las finalidades del cine es mover las emociones, entregar un mensaje propuesto por quien genera la producción y tener un impacto en el espectador. Si este permanece en él por un buen tiempo, mucho mejor.

Con eso en mente, podemos recordar el tremendo éxito que tuvo el filme dirigido por P. J. Hogan con una historia de Ronald Bass. My Best Friend’s Wedding, llegó a las salas de cine de Estados Unidos, el 20 de junio de 1997.

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La cinta es divertida y tiene algunos giros interesantes, comenzado por el hecho de que la protagonista, Julia Roberts, en realidad es la villana de la historia (admitido por ella misma en algún punto). El final, tampoco es el esperado, o al menos no el que esperaríamos en primera instancia.

My Best Friend’s Wedding no tiene pretensiones, entrega lo que promete y lo hace de una buena manera. Los enredos son parte del relato en el que, la escritora y crítica de comida, Julianne “Jules” Potter (Roberts) de 27 años, recibe la llamada de un viejo amigo que está a unos días de casarse y desea invitarla de botepronto a la ceremonia.

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Michael O’Neal (Dermot Mulroney) es reportero deportivo y durante varios años ha sido amigo de Jules, más se han perdido la pista. Cuando jóvenes, la pareja hace un pacto de casarse cuando cumplan 28 si es que ninguno ha hecho otro compromiso. Cuando Jules recibe la noticia, se da cuenta de que el plazo está por cumplirse y además, ha estado enamorada de él. La naturaleza dura y el hermetismo emocional de la joven le han impedido entablar cualquier tipo de lazo romántico.

Michael le suplica a Jules que lo acompañe en su boda, pues la necesita como apoyo. Ella acepta, contando todo a su nuevo mejor amigo, George Downes (Rupert Everett), quien actuará como su conciencia durante el proceso.

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Jules acepta que la prometida de Michael, Kimmy Wallace (Cameron Diaz), es perfecta para él, pero está decidida a ganar de nuevo el amor de Michael y decide interponerse entre ellos y evitar la boda en esos pocos días. Los desesperados y  mal concebidos planes de Jules no solo provocarán el alejamiento, sino que tendrán grandes repercusiones en la vida de cada uno.

La producción tiene excelentes temas musicales y es uno de sus puntos fuertes, sin ser un musical. De hecho, la banda sonora de James Newton Howard queda un poco relegada, sin perderse del todo, debido a la selección de canciones populares.

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El tema “I Say a Little Prayer”, que fue uno de los grandes éxitos de Dionne Warwick de 1967 (Warwick es mencionada en la cinta) y una composición de la dupla mágica de Burt Bacharach y Hal David, es recordado por ser interpretado por el elenco en la secuencia del restaurante, cuando Jules presenta a su amigo gay, George, como su prometido.

La mayoría de las canciones incluidas son de la autoría de Bacharach y David: “Wishin’ and Hopin'”, “I Just Don’t Know What to Do with Myself”, “What the World Needs Now Is Love” y “I’ll Never Fall in Love Again”.

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Otro tema musical importante es aquel que escuchamos en la voz de Tony Bennett, “The Way You Look Tonight”, de la autoría de Jerome Kern y Dorothy fields, de 1936. Originalmente fue interpretada por Fred Astaire para la película Swing Time en el mismo año.

My Best Friend’s Wedding, de 1997, llega a los 25 años.