¿Somos lo que somos por elección o por predisposición? Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, de 2004, nos lo plantea de una manera muy creativa.
Esta película es una de las grandes de culto que se han generado durante el nuevo siglo y tiene tantos puntos a favor que no se pueden analizar todos en una sola ocasión.
El guion es escrito por Charlie Kaufman, responsable de historias como ¿Quieres ser John Malkovich? (1999, Beign John Malkovich) y El ladrón de orquídeas (2002, Adaptation). La historia fue creada por Kaufman, Michel Gondry y Pierre Bismuth.
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Memorias sin huella.
La cinta, que tuvo estreno el 19 de marzo de 2004, fue dirigida por Michel Gondry (Dave Chappelle’s Block Party, 2005; La ciencia del sueño, 2006; El avispón verde, 2011).
Eternal Sunshine of the Spotless Mind, emplea una historia romántica para plantear varios puntos existenciales de reflexión. Dicho esto, el fin de la historia no es ser moralista, sino el de crear una introspección.
De una manera sumamente creativa es que nos son presentadas las vidas de Joel Barish (Jim Carrey) y de Clementine Kruczynski (Kate Winslet).
Barish es un hombre no muy conforme con su vida, quien un día decide escaparse y no ir a trabajar. Entonces, en la estación de trenes de Montauk, Joel conoce a Clementine, una joven intensa y ese mismo día inician una relación sentimental.
Todo parece ir bien, pero tiempo después, Clementine simplemente desaparece. Joel decide buscarla en su trabajo y Clementine lo trata como un completo extraño. No nada más eso, Clementine también tiene otra relación.
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Joel se entera de que Clementine se ha sometido al tratamiento de la compañía Lacuna, en New York, que se dedica a borrar ciertos recuerdos de las personas, generalmente asociados con ciertas personas. Los clientes solicitan el procedimiento para poder continuar con sus vidas.
Desesperado, Joel contrata el mismo servicio para poder deshacerse del recuerdo de Clementine. No obstante, Barish se arrepiente a la mitad del proceso. Aunado a todo ello, Joel se da cuenta de que tanto él como Clementine, se habían sometido previamente al mismo procedimiento.
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La producción.
Además de Carrey y de Winslet, la producción cuenta con otras grandes contribuciones histriónicas, como las de Mark Ruffalo (Stan Fink), Kirsten Dunst (Mary Svevo), Elijah Wood (Patrick Wertz) y Tom Wilkinson (Dr. Howard Mierzwiak).
La realización del filme cuenta con cierto lenguaje teatral y se centra en el humano, sus comportamientos y manías; se apoya en muchas tomas cerradas (close-ups y medium shots), además de un reiterado uso de la cámara al hombro para generar una sensación permanente de inestabilidad y de espontaneidad.
Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, también llamada ¡Olvídate de mí!, en España, propone puntos válidos, tales como la ansiedad constante que vive el ser humano y que se entierra tan en el fondo de su ser, que pasa a ser parte permanente de éste.
Por otra parte, pone a prueba la máxima de que los “polos opuestos” se atraen; en este caso, sabiendo de antemano que no será una buena combinación y, muy posiblemente, no habrá un buen fin. A veces, pese a saberlo, decidimos embarcarnos en esa aventura.
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“¿Soy? ¿O somos?”
¿Qué es el destino sino la predisposición generada por nuestros patrones de conducta? Lo que llamamos “destino” puede ser el condicionamiento que nosotros mismos vamos creando a lo largo de los años.
¿Qué tan proclives somos a repetir los errores? Existe la noción de que, si se nos diera una segunda oportunidad, haríamos las cosas diferentes, asumiendo que las haríamos mejor, claro, suponiendo que tuviéramos el conocimiento de la experiencia previa. Y si no la tuviéramos, ¿habría manera de no llegar a la misma conclusión?
Otra interrogante que plantea la película es que el ser humano es un ser social y por ello, el cúmulo de experiencias tanto propias como compartidas. Si extrajéramos a una persona de nuestra memoria, ¿qué quedaría en su lugar? Ese vacío, ¿dónde nos deja emocionalmente?
El título, Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, es mencionado en el filme. Clementine es quien hace la cita al poema de Alexander Pope:
¡Qué feliz es la suerte virginal sin culpa!
Olvidando el mundo; por el mundo olvidada.
¡Eterno resplandor de una mente sin recuerdos!
Cada oración aceptada, cada deseo abandonado.
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20 años.
La narrativa del filme es fracturada con un propósito, es una relación directa con la mente, los recuerdos y la falta de ellos; el espectador puede sentirse tan perdido como alguno de los involucrados.
Esta manera de contar la historia, permite salidas creativas para las transiciones, cambios de escenarios y de luz, para la generación de atmósferas. La fotografía de Ellen Kuras, ayuda bastante.
Sin duda, es una película que hay que ver al menos una vez.
Eternal Sunshine of the Spotless Mind, cumple 20 años de su estreno.
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Te ofrezco una nota con otro filme de Jim Carrey, The Truman Show:
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El descanso, con Kater Winslet, Cameron Díaz, Jude Law y Jack Black:
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Y Titanic, con Winslet y DiCaprio:
