¿Alguna vez has pensado que tú vida es una farsa? Que, por más que lo intentas, ¿no tienes control sobre ella? ¿Qué remar a contracorriente es el día a día? Y, ¿qué harías si te dieras cuenta de que todo a tu alrededor está arreglado como si se tratase de una puesta en escena? Que lo que has sentido desde el inicio, es la verdad. Ese es uno de los puntos de The Truman Show, un programa de televisión.
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Adoquinados perfectos, paisajes inusualmente artísticos, colores saturados, rojos, verdes, amarillos. Con todo ello, la vida no es perfecta, simplemente es normal. Para Truman Burbank, las aspiraciones continúan aún después de haber conseguido la mayor parte de lo que dicta la sociedad: un trabajo estable, casa y carros a crédito, así como una bella esposa.
La relativa vida “aburrida” de Truman en realidad es el mayor espectáculo en el planeta, un reality show que se ha desarrollado durante un largo tiempo, desde el momento de su nacimiento. Y como puede pasar con las mentiras, estas eventualmente salen a la luz. En el caso de Truman, es por medio de algunas fallas en el complicado sistema de producción del programa que transmite las 24 horas en el mundo real. Eso, y un poco de intuición.
El filme se dio a conocer el 5 de junio de 1998 en Estados Unidos, en un tiempo en que comenzaban a ser populares los realities, que siguen las vidas de distintos personajes, muchas veces elegidos -aparentemente- al azar. Hoy en día, sabemos que todo este tipo de programas tienen una estructura que, aunque parece ser improvisada, sigue una serie de estrictos lineamientos.
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Truman Show es una crítica a la sociedad, tanto a los que producen los contenidos como a los que los consumen; los primeros, tienen como meta los niveles de audiencia que se traducen en ganancias monetarias y donde no cabe la moral. Los segundos, absorben los mensajes que son enviados sin cuestionamiento.
El filme nos muestra, en varios momentos, a distintos sectores demográficos que invierten su tiempo en ver el día a día de Truman, una vida que no dista mucho de la propia; al final, se anhela lo que no se tiene y no se aprecia lo que se ha logrado. En muchas ocasiones, desperdiciamos lo que ya tenemos en las manos.
El filme fue dirigido por Peter Weir (La sociedad de los poetas muertos, 1989) y tuvo en su protagonista a Jim Carrey (Truman Burbank), con Laura Linney (Meryl, esposa de Truman), Ed Harris (Christof), Noah Emmerich (Louis Coltrane) y Natascha McElhone (Sylvia).
El libre albedrío juega un papel muy importante en esta producción, así como una docena de temas más. The Truman Show, cumple 25 años de haberse dado a conocer.