Black Orchid, de 1988, es fondo y forma.

Cuando se dude de la autenticidad del comic como medio artístico, podemos refutar con una gran cantidad de ejemplos. Black Orchid, de 1988, es fondo y forma.

(Black Orchid, de 1988, es fondo y forma)

El comic como arte y cultura.

El debate en torno a este tema ya no es tan común como antes pues, poco a poco, el comic ha sido aceptado como una válida forma de expresión del arte. Sin embargo, por mucho tiempo, este llegó a ser prohibido en algunas escuelas, incluso las de arte.

Al comic o historieta se consideraba una diversión barata para analfabetas que requerían de “los dibujitos” para poder seguir la historia de una prosa.

Con la explosión que ha tenido el medio en otros campos, como el del cine y la televisión, es que se ha apreciado su verdadero valor.

El comic como forma artística se remonta hasta sus inicios y, en el caso norteamericano, podríamos citar a Little Nemo in Slumberland de Winsor McCay (1905), o Prince Valiant de Hal Foster (1937). En la cuestión política, encontramos al antecedente de The Yellow Kid, creado por Richard F. Outcault (1895). Es con este personaje que se origina el término de “periodismo amarillista”.

Diversos artistas y novelistas han buscado al comic como una alternativa.

Y hablando de alternativas, el comic nos brinda una que es única, ya que nos permite apreciar pinturas a manera de “arte secuencial”. Si bien los grandes cuadros nos ofrecen un vistazo a un mundo destilado a través de los ojos de su creador, estas son imágenes fijas. En el comic, encontramos relatos completos por medio de oleos, acuarelas u otras técnicas.

Ese es el caso de Black Orchid.


El legado de Black Orchid.

La “Orquídea negra” es un personaje “legado”, de DC Comics. “Legado” se refiere a una identidad que ha sido asumida por distintas personas. Por ejemplo, solo conocemos a un Superman, mas sabemos que existen varios Flash.

La Black Orchid original, Susan Linden, apareció por vez primera en el comic Adventure Comics #473, publicado el 26 de abril de 1973, y fue creada por el escritor Sheldon Mayer con el artista Tony DeZuñiga.

Y es Susan quien aparece en el relato de tres partes, producido por el escritor Neil Gaiman, el artista, Dave McKean y el tipógrafo Todd Klein, en 1988.

Black Orchid comenzó publicación el 1 de noviembre del año citado y fue gracias a la editora Karen Berger, que el proyecto vio la luz.

Berger, quien sería la cabeza del sello Vertigo de DC, buscaba creadores para hacer propuestas originales. De viaje por Inglaterra fue que reclutó a Gaiman y a McKean, quienes ya habían colaborado juntos en la novela gráfica Violent Cases, de 1987.

En 1989, McKean haría otro extraordinario trabajo en el comic de Batman, Arkham Asylum: A Serious House on Serious Earth, con el escritor Grant Morrison. Y fue gracias a su trabajo en Black Orchid que los ojos fueron puestos en él.


Black Orchid de Gaiman y McKean.

La prosa y las imágenes en Black Orchid son casi poéticas. Son crudas y son dolorosas, generadoras de desesperación y de un misterio que forma parte del medio ambiente.

La narración no es usual, dado que inicia con una Black Orchid capturada y atada a una silla, después de que se arruinara la misión en la que se encontraba encubierta.

Sus captores la descubren y, al saber que es invulnerable a las balas, deciden quemarla viva. Pese a que la heroína trata de escapar, muere en una explosión.

En el comic, es común que la muerte represente el renacer. En Black Orchid no es la excepción, pues después de su bautismo de fuego, vemos resurgir a una nueva entidad que ha pasado por la metamorfosis del dolor para lograr la trascendencia.

Hay que mencionar que la continuidad de esta historia no obedece al resto de DC, pues se encuentran varias inconsistencias. Sin embargo, esto no interfiere con la narrativa y tampoco se requieren de otros comics para su comprensión.

La miniserie no fue impresa en el formato habitual sino en uno de lujo, con mejor papel, y a manera de tomos, no engrapados sino empastados. Cada capítulo consta de 48 páginas, sin anuncios y tuvo un costo de 3.50 dólares (los comics normales tenían un precio de entre 75 centavos y 1.50 dólares). Fueron publicados de manera mensual.

La recopilación fue impresa ya bajo el sello de Vertigo.

Actualmente es más sencillo -y barato- encontrar la recopilación en un solo volumen.

Años más tarde, en 1993, se ofreció un comic mensual de Black Orchid que revisaremos en otra ocasión.


Te ofrezco una nota con Arkham Asylum, por Morrison y McKean:


Un listado con los mejores dibujantes de horror en los comics:


Un proyecto musical en comic, de Alice Cooper, The Last Temptation, de Neil Gaiman y Dave McKean:


Y Sandman: Endless Nights, por Gaiman y una colección de extraordinarios artistas:

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