Probablemente, la historia más importante de X-Men continúe siendo La Saga de Dark Phoenix. En X-Men #137, llega la épica conclusión.

X-Men. Como un Phoenix.
Hemos revisado capítulo por capítulo de esta extraordinaria historia que incluso ha sido adaptada al cine en dos ocasiones (y en la serie animada), aunque de manera no muy satisfactoria. Y es que su complejidad es tal, que requeriría de más de una película para cimentar sus ingredientes más elementales.
La importancia que cobró el relato se debió a los creativos que la producían, el escritor Chris Claremont y el dibujante y coescritor, John Byrne, quienes se encontraban ya en las últimas instancias de su colaboración, debido a las tensiones externas y a las diferencias creativas entre ellos.
También es de reconocer la participación del cocreador de los nuevos X-Men, Dave Cockrum, quien fue el diseñador del traje de Jean como Phoenix y quien trazó, junto con Claremont, la dirección inicial del personaje.
Jean era un personaje gustado por Claremont y Cockrum, mas no pensaban en darle mucho uso. Fue en parte por su relación sentimental con Cyclops (Scott Summers), que el personaje continuó apareciendo en la revista.
Cuando tomaron la decisión de conservarla, pensaron que era necesario hacerle un cambio sustancial. Con lo que no contaban, es que Phoenix llegaría a ser demasiado poderosa y de ahí que derive en la conclusión casi natural que enfrentó la joven pelirroja.

Jean y los X-Men.
Jean también funcionó como un elemento unificador del grupo ya que, hacia la conclusión de la saga, se reúnen los dos equipos de X-Men que existían en ese momento, a excepción de Iceman, Havok, Polaris y Banshee (los últimos tres acaban de hacer una aparición en la Saga de Proteus).
Los X-Men retan a un duelo a los Shi’ar, una raza extraterrestre que ha sido testigo de la destrucción de Phoenix y que ha decidido eliminarla. Esto pone en bandos contrarios a Charles Xavier y Lilandra, mentor de los X-Men y emperatriz de su imperio, respectivamente. Ambos mantienen una relación sentimental en ese momento.
El capítulo final cuenta con una narrativa diferente a los anteriores. Para darnos una idea de la magnitud e importancia del evento, The Watcher da la bienvenida a los lectores, recordándonos aquellas épicas historias de Jack Kirby y Stan Lee en Fantastic Four.
En la noche anterior al duelo, podemos entrar a las mentes de los amigos de Jean y saber lo que piensan. Si bien el amor por ella es enorme, las dudas también lo son. Además, cada uno de ellos tiene una relación distinta con Jean.
Una serie de preguntas surgen, ¿Qué pasará si los X-Men ganan, salvan a Jean y después vuelve a convertirse en Phoenix para destruir el sistema solar o a toda la galaxia? Son pensamientos lógicos y que deben considerarse, pero que también generan un sentimiento de culpa entre sus amigos.

¿Quién tiene la razón?
Xavier ha conseguido encapsular el poder de Phoenix en la mente de Jean, quien aparentemente a regresado a su estado de mutante humana. Sin embargo, no se sabe si el efecto es temporal o permanente.
Otro punto importante es que, en la conclusión, los X-Men pierden la batalla. Estamos acostumbrados a que “los buenos” ganen al final. No es así en este caso. Los X-Men es un pequeño grupo de mutantes que se enfrentan contra soldados con poderes especiales y que han estudiado a sus oponentes. La arena de batalla es un área habitable de la Luna, lo cual también presenta condiciones adversas para los mutantes.
La victoria era más que improbable para los X.
Si lo vemos con objetividad, quienes están en lo correcto son los Shi’ar pues, efectivamente, ante la presión de lo que acontece, Jean pierde el control y el poder de Phoenix se libera una vez más, poniendo en peligro al universo. Es con un mucho de suerte y la fuerza de voluntad de Jean, que Phoenix es destruida.
Todos estos elementos sirven para dar más dramatismo y profundidad a la historia y a los personajes. Por otro lado, nos dibuja una situación en la que no todo es negro o blanco y que, pese a las mejores intenciones, en ocasiones estamos errados.
Un héroe no es aquel que elige bien todo el tiempo, sino el que actúa de la mejor manera con sus decisiones. Y ese podemos ser cada uno de nosotros.
Uncanny X-Men #137 se publicó el 17 de junio de 1980.
Completan el equipo creativo de Claremont y Byrne, Terry Austin en las tintas, Tom Orzechowski en los rótulos, Glynis Wein en los colores. El comic fue editado por Jim Salicrup y Louise Jones (en un periodo de transición), mientras que el editor en jefe de Marvel era Jim Shooter.
Se sabe que fue por Shooter que se cambió significativamente el contenido de los números finales, modificando el destino de Jean Grey. Abajo te ofrezco una nota con esa información.
Y una última aclaración técnica. En ese entonces, la colorista Glynis Oliver, estaba casada con el escritor, editor y cocreador de los nuevos X-Men, Len Wein; es por esa razón que usaba su apellido.
Por su parte, la editora y escritora Louise Jones, adoptó posteriormente el apellido de su esposo, el también escritor y dibujante, Walter Simonson. Y así se mantiene hasta la fecha.

Te presento la nota anterior:
Una revisión al final de la Saga de Phoenix:
El final original a esta historia:
Y la historia anterior, la Saga de Proteus: