Superman vs. Predator.

Un crossover –o cruce de historias- entre personajes como Predator y Superman puede leerse ilógico ya que provienen de medios y géneros distintos. Cada uno de sus mundos cuenta con sus propias leyes de ficción. De esta manera, se podría pensar -de manera lógica-, que el monstruo no representa un peligro real para el último hijo de Krypton.

Superman y Predator tienen tantas similitudes como diferencias: son seres de otros planetas con claras ventajas físicas y tecnológicas sobre los humanos. En contraste, Predator pertenece a una especie de guerreros con un fuerte espíritu cazador. Kal-El, al ser criado por dos personas de buen corazón, creció con un sentido humano.

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El comics presentado en tres partes, Superman vs. Predator, inició publicación el 24 de mayo del año 2000. Al año siguiente, el 12 de septiembre de 2001, llegó a las tiendas de comics a manera de recopilación, o Trade Paperback.

Superman, como sabemos, es propiedad de DC, mientras que la licencia de los comics de Predator en ese tiempo pertenecía a Dark Horse Comics. La editorial tiene la costumbre de hacer cruces extraños, pero bien logrados. Y con DC logró hacer una buena sinergia entre sus propiedades. Otro comic recomendable es Batman vs. Predator y hasta Archie contra Predator. Y ya que andamos promoviendo crossovers que vale la pena leer: Superman and Batman Vs. Aliens and Predator, del cual hablaremos en su momento.

El que hoy es nuestro motivo, es el primer encuentro entre Superman y Predator, escrito por David Michelinie, responsable de extraordinarias historias de comics y del artista Alex Maleev.

El relato tiene una estructura casi de manual, lo cual resulta muy atractivo y directo: inicia con un misterio y expone algunos de los datos que serán necesarios para seguir la trama: una expedición a la selva financiada por los laboratorios S.T.A.R. y el descubrimiento de una misteriosa nave; después se presenta un primer conflicto para proveer algo de acción: Superman frustra un robo y ataque terrorista.

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Como se trata de un crossover, es importante introducir ambos lados de la historia (ambos protagónicos se desempeñan en lados opuestos, avanzando en el relato con dirección hacia el inminente encuentro). Se prosigue con  desarrollo de los involucrados, lo cual es nuestro gancho emocional y nos ayuda a elegir a nuestro favorito (por ejemplo, Clark regresa con Lois, a quien dejó para acudir al llamado de ayuda; ella, comprensiva, lo espera; bromean y siguen con sus actividades).

Una vez establecida la información que necesitamos, ambos lados deben converger: se corre la noticia en el Daily Planet del descubrimiento de la nave en Centro América, a lo cual Lois pide permiso para investigar; por su lado, Clark acude como Superman para hacer lo propio.

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Entonces, inicia el conflicto: Superman llega con el grupo de investigadores; por alguna razón, sus poderes se debilitan en la región. Soldados locales irrumpen para evitar que prosigan con su trabajo. Lois llega en un helicóptero desde el diario Planet. El grupo completo es tomado prisionero, incluyendo a Kal-El. Al finalizar el número, algunos soldados son atacados por un Predator. Y no cuento más para no echar a perder la historia que, aunque tiene 20 años de haber sido publicada, aún ofrece sorpresas para aquellos que la vayan descubriendo.

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Para este momento, el lector está inmerso en la historia, lo cual habla del buen trabajo por parte del equipo creativo de Michelinie y Maleev.

Un crossover entre personajes como Predator y Superman no debería funcionar. Pero funciona.

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