La mayoría de las veces, cuando un comic alcanza un número cerrado se hace una celebración. Sobre todo, cuando se trata de cifras altas. En 1993, uno de los comics emblemáticos de Marvel alcanzó su edición 300 y, aunque presentó un relato muy distinto a su plan original, los lectores festejaron la publicación de Uncanny X-Men #300 (con una portada especial prismática y 64 páginas).
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El escritor Chris Claremont fue obligado a renunciar del comic de X-Men para dar prioridad a las ideas del artista Jim Lee, quien era parte de una camada de dibujantes superestrellas de Marvel. Por su parte, Claremont había sido uno de los principales responsables del éxito de los mutantes en Marvel desde su revitalización en 1975. Antes de eso, el comic se mantenía solo a través de reimpresiones (desde el #67 al #93, del 22 de septiembre de 1970 al 14 de enero de 1975).
Chris Claremont y Jim Lee fueron tan benéficos para Uncanny X-Men, que se decidió crear un nuevo comic para los héroes, además de reestructurar la línea entera de revistas de mutantes. Sin embargo, los planes de uno y otro eran significativamente distintos; Lee deseaba regresar a los conceptos clásicos, mientras que Claremont era conocido por ir hacia adelante y tomar riesgos. Al final, el editor Bob Harras dio preferencia a los deseos de Lee y obligó a renunciar a Claremont después de 16 años en el título.
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Pocas semanas más tarde, Jim Lee renunció a Marvel para cofundar Image Comics.
Sin escritor ni dibujante, Harras se dio a la tarea de subsanar el error. Con éxito, el editor llenó los huecos en los varios títulos por la desbandada hacia Image. No solo había que encontrar sustitutos para el comic de Claremont y Lee (X-Men), sino también para Uncanny X-Men, X-Force, Wolverine y X-Factor.
Claremont había planteado una serie de eventos que culminarían en Uncanny X-Men #300, tales como la muerte de Wolverine y su resucitación por parte de la organización criminal conocida como The Hand. Wolverine regresaría a la vida para cazar a sus antiguos amigos. Estas ideas fueron recicladas años más tarde. Además, Charles Xavier moriría y dejaría su lugar a Magneto; varios X-Men se retirarían del campo de batalla para dar paso a nuevos integrantes.
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Sin Claremont para conducir los cambios, Bob Harras recurrió al escritor Scott Lobdell para tomar el volante del título que era en ese entonces, el más importante de Marvel.
Lobdell, un escritor relativamente novato, había ayudado en el guion con las últimas historias de Jim Lee y fue requerido para escribir de tiempo completo. Una de las cualidades del argumentista era su amor por los X-Men clásicos.
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Después del crossover entre los 4 títulos principales de mutantes que llevó por nombre The X-Cutioner’s Song (La canción del ejecutor), Uncanny se aproximaba rápidamente al número de aniversario 300.
Para dar certidumbre a los fans, se asignó el arte del comic al veterano John Romita Junior, quien ya había tenido una celebrada etapa en ese mismo comic, junto a Claremont, en los años ‘80s. Recientemente, Romita había ilustrado Uncanny X-Men #287, con el entintador Scott Williams, hacia el final de la temporada de Jim Leen y Whilce Portacio.
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Romita regresaba al comic para suplir a Brandon Peterson, quien se había hecho cargo del arte tras la salida de Portacio en Uncanny X-Men #290 (y después de 3 números por parte de Tom Raney). Portacio era uno de los fundadores de Image. Aquí te dejo un artículo con información al respecto:
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The Acolytes, un grupo de fanáticos seguidores de Magneto (quien supuestamente había fallecido en X-Men #3), deciden poner fin a The X-Men. El nuevo grupo fue causa de varios dolores de cabeza para los héroes y debutaron en X-Men #1. Entre los nuevos integrantes de The Acolytes, se encontraba Amelia Vought, una mujer que tenía un pasado con Charles Xavier y cuya relación se descubriría en los siguientes meses.
Para detener a The Acolytes (Los Acólitos), el Equipo dorado de X-Men, que comprende a la líder, Storm, así como al recién ingresado Bishop, además de Iceman, Archangel, Jean Grey y Colossus, piden el apoyo de sus compañeros, Charles Xavier y Wolverine, así como de dos X-Men retirados, Forge y Nightcrawler.
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El mutante inventor, Forge, había renunciado al equipo en Uncanny X-Men #290, dando fin a su relación sentimental con Storm para hacerse cargo de la cada vez más inestable Mystique. Juntos se van a vivir a Dallas.
El regreso de Nightcrawler era un importante suceso, pues siendo uno de los mutantes más ligados con el nuevo equipo (de 1975) no se le había visto desde que fue mortalmente herido por los Marauders, en la Masacre Mutante:
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Nightcrawler y Shadowcat, heridos, habían dejado a los X-Men para recuperarse en la isla de Moira McTaggert y después de que al nuevo equipo de X-Men se le cree muerto en La Caída de los Mutantes, Kurt y Kitty crean Excalibur, junto con Rachel Summers (Phoenix II), Captain Britain y Meggan.
Aquí te ofrezco la nota de Fall of the Mutants:
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Y aquí, la de la formación de Excalibur:
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La última vez que Nighcrawler apareció en Uncanny X-Men, fue en el #213, del 7 de octubre de 1986, cuando convalecía por sus heridas. Pasaron 87 números y 7 años para que a Kurt se le viera de nuevo en el comic que lo vio nacer.
La reunión de Kurt con el resto de sus amigos es por demás emotiva, no así la de Forge, que tiene una sensación agridulce para él y para Storm, quien aún está enamorada del inventor. Sin perder mucho, tiempo, el escuadrón se apresura para detener a The Acolytes.
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En este comic hay un ajuste retroactivo de la historia conocida, pues se revela al lector que Charles Xavier tuvo la ayuda de Moira McTaggert en la creación de The X-Men. Además, Xavier tenía un plan para la creación de un equipo alterno de estudiantes, que eran aquellos que conformaron el equipo de 1975.
La misión en sí, consta del rescate de Moira, quien es prisionera de los Acolytes.
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Pese al enrome poderío de sus adversarios, los X-Men salen triunfantes, aunque no ilesos. Iceman, en un momento de crisis, libera gran parte de su poder, denotando un nuevo control y potencial.
Por otra parte, Charles descubre que Amelia es parte de los Acolytes.
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En un segundo relato (dibujado por Brandon Peterson con tintas de Dan Panosian y Al Milgrom), Moira y Charles analizan una muestra extraña de laboratorio, que resulta ser un virus diseñado genéticamente para atacar al gen mutante y que acaba irremediablemente con la vida de aquel que lo contrae.
Al virus (creado por Mister Sinister), se le da el nombre de Legacy (Legado). Desconocido aun para ellos, una de las primeras infectadas es Illyana Rasputin, la pequeña hermana de Colossus y ex integrante de los New Mutants que utilizaba el nombre código de Magik.
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Illyana había perdido sus poderes y había regresado a ser una niña, al final de la saga Inferno. En los siguientes números se da seguimiento a la condición de Illyana y los efectos sobre Colossus.
Nightcrawler regresaría brevemente a Uncanny X-Men en el número #304, donde se ven directamente las consecuencias del Legacy Virus.
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Otra X-Man clásica, Kitty Pryde, también hace su regreso al comic en el final de la edición #302, donde la vemos llegar a la mansión para cuidar de Illyana, quien había sido su mejor amiga.
Nightcrawler, Shadowcat y el propio Colossus, regresarían a las filas The Uncanny X-Men de manera permanente, en el #360, del 5 de agosto de 1998 (y la cual recordaremos próximamente). El movimiento formó parte de otra reestructuración.
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John Romita tuvo una corta estadía en la revista, ya que sería solicitado para hacer un especial de Marvel. Harras le dijo que su lugar estaba asegurado al terminar la asignación y que podría regresar a Uncanny; sin embargo, el editor no cumplió su palabra y le quitó el trabajo para dárselo a un nuevo dibujante que dejó una marca en los comics norteamericanos, el brasileño Joe Madureira.
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Romita solamente ilustró de los números 300 al 302, parte del 304 y del 306 al 311.
En ese tiempo, los comics de mutantes entrarían a otra faceta con un nuevo evento anual, Fatal Attractions.
Uncanny X-Men #300 cumple 30 años de haber sido publicado.