Hace mucho tiempo, cuando la diversión estaba divida en sectores: para niños o para adultos, para mujeres u hombres, en México se dio el fenómeno de la transmisión de las series japonesas animadas, conocidas propiamente como “animes” y que son basados en el comic creado en Japón (denominados “manga”).
Como acotación, el manga es de menor tamaño, con muchas páginas, en blanco y negro y se lee al revés (comenzando por lo que para los occidentales es el final, con dirección hacia el inicio de la revista). Como en el caso del comic o la novela, se hicieron comunes las adaptaciones para televisión. Estas también resultaron en un éxito de nivel mundial.
El género destinado “a las niñas” produjo grandes éxitos en occidente, como Heidi y Remi. Otro anime, de los más conocidos y que tuvo un enorme pico de popularidad en nuestro país y todo Latinoamérica, fue Candy Candy, que cumple este 2020 su aniversario número 45.
Las artísticas producciones japonesas, así como las excelentes adaptaciones a nuestro idioma con buenas adaptaciones al español y selección de voces, fueron grandes responsables de su buena aceptación. Estas series eran vistas al igual por padres que por hijos, por hombres que por mujeres.
Como la mayor parte de la exposición a dicha parte de la cultura oriental era por medio de la televisión, sus mangas han sido poco difundidos, por lo que hoy aprovechamos la ocasión.
Candy Candy pertenece al subgénero manga llamado shōjo, que está destinado a las adolescentes. La primera parte en prosa se publicó en abril de 1975 y narra la historia de una huérfana, nacida el 7 de mayo de 1898, de nombre Candice White Adley (al igual que su mejor amiga, Annie Brighton), quien es abandonada en el hospicio de Pony, cerca del lago de Michigan en los Estados Unidos.
Como es de esperarse, el viaje de Candy es abrupto y lleno de experiencias, buenas y malas, que la llevan a viajar por distintos lugares y presenciar dramas como el de la Primera Guerra Mundial cuando, en ese entonces, ella se desempeña como enfermera.
La parte más popular de la historio es, sin duda, la vida amorosa de la protagonista, que también tiene su buena dosis de drama. Es un viaje de vida que fue seguido de cerca por una gran cantidad de fanáticos.
Los mangas abarcan nueve tomos (de 1975 a 1979) y se escribieron tres novelas (1978-1979), además de la adaptación al anime de octubre de 1976 a 1979 y cuatro ovas (películas de corta duración).
La historia de Candy no tuvo final propiamente y, aunque podría continuar, la disputa entre sus creadoras ha hecho imposible su realización. Candy Candy es fruto de la imaginación de la afamada escritora Kyoko Mizuki (cuyo nombre real es Keiko Nagita, nacida en Tokio en 1949), quien inició la historia en prosa. Después, hizo equipo con la ilustradora Yumiko Igarashi (nacida en Asahikawa en 1950).
Si bien la historia queda abierta, se cree -con base en la última novela-, que Candy y Terry saben nuevamente uno del otro por medio de una carta, con la posibilidad de una reunión.
El éxito de la serie de televisión, producida por el estudio de animación Toei (responsables también de Mazinger Z, Dragon Ball, Siant Seya, Sailor Moon y Digimon, entre muchos otros), creó varias generaciones de fans que a la fecha demandan la retransmisión de la serie, la comercialización de productos y este año celebran 45 años de las aventuras de Candy Candy.
Es un chiquitina de 45 años jajajajaja! animé muy dramático pero que nos tenia frente al televisor…
Todo mundo prendiendo veladoras por la pobre chamaca.
Pasan los años y cada vez que veo esta entrañable historia, mi mundo se transforma, vuelvo a soñar mirando las estrellas, corriendo, brincando, saltando en un lindo valle, teniendo fe en que siempre existirán personas de buen corazón. CANDY CANDY, HEIDI Y EL ENTRAÑABLE ABUELO… cómo olvidar tan bellas historias… Nos devuelven un suspiro de ilusiones , magia, de vuelta a la infancia para seguir disfrutando de ésta hermosa VIDA.