Podría competir por el récord como el título más corto -y básico- para una producción discográfica. Se trata del disco de Jethro Tull, llamado simplemente “A”, que cumple 40 años.
“A” se lanzó al mercado el 29 de agosto de 1980 y es punto de cambio para el grupo. La producción se inclina hacia temas más comerciales y cuenta con influencias electrónicas, lo que provocó la salida del baterista Barriemore Barlow, pues difería de esa visión. Otros factores influyeron en su decisión, como la muerte del bajista John Glascock. Por otro lado, Ian Anderson prescindió de los servicios de los tecladistas David Palmer y John Evan. Sin embargo, los cambios no fueron parte de algo planeado.
Para resarcir las pérdidas y con el hecho que, tras el disco anterior, Stormwatch, Jethro se había convertido en un dueto (con Anderson y el guitarrista Martin Barre), se incluyó a un genio de la música, el tecladista de grupos como U.K, Curved Air, Yes y Roxy Music: Eddie Jobson.
Para enmarcar la alineación, se integraron al grupo, Dave Pegg en bajo y mandolina, además del baterista Mark Craney.
“A” cuenta con 10 canciones, más comerciales de lo que estaban acostumbrados tanto la banda como los fans, por lo que también son de menor duración a las que los caracterizaban. De inicio, la placa sería una grabación solista de Anderson, por lo que quiso experimentar con otro tipo de sonidos. De ahí el título de “A”, pues los demos se marcaban por el apellido del compositor, cantante y flautista.
Algunos seguidores no reaccionaron del todo bien, los cambios de personal y de sonido de Jethro era interpretado como una traición a sus raíces de folk rock y progresivo. Hay que recordar el hecho de que a Tull nunca le pareció la etiqueta de “progresivo”, aunque esa rebeldía resultó en uno de los mejores discos del género: Thick as a Brick.
“A” es, en realidad, una agradable consecuencia. Anderson no tenía planeado que su grupo fuera modificado tan bruscamente: fue decisión de la disquera, que hizo presión para que el disco se contara como un trabajo del quinteto y no sólo de Anderson.
Si dejamos exigencias de lado, podemos destilar el estilo tradicional de Jethro y a la vez, disfrutar de una producción que propone y evoluciona. “A” de Anderson –y de Jethro Tull-, se conserva como un buen material a 40 años de haber sido liberado.