Así como el título del libro de Gabriel García Márquez, el disco Let it Be de The Beatles era “Crónica de una muerte anunciada”. Como en la obra literaria, la inevitabilidad e impotencia para frenar los hechos creaba un sabor semiamargo a la llegada de esta placa, la última en la historia del cuarteto que hoy alcanza su primer medio siglo de vida.
Incluso, se manejaba el hecho que la producción había sido armada con canciones ya trabajadas en el estudio. Y así fue parcialmente. El último disco grabado en conjunto por el grupo fue Abbey Road, que había llegado a tiendas unos meses antes. Si comparamos Abbey Road con Let It Be, en el primero podemos escuchar una homologación creativa, pese a las malas relaciones que mantenía el conjunto musical.
Para Let It Be, por el contrario, se escucha como una colección de canciones independientes, recopiladas en un álbum. El material continúa siendo más que bueno; sin embargo, hasta la portada con las cuatro fotografías independientes demostraba la separación de sus partes.
Otro conflicto representó la edición y mezcla, así como la producción en sí, pues esta no corrió a cargo del mentor de The Beatles, George Martin, sino de un buen productor al que muchos no lo dejaron de considerar un extraño: Phil Spector.
Las excentricidades de Spector y lo complicado del proceso dio como resultado un disco que no encantó a sus integrantes; sobre todo a Paul McCartney. Y pasaron varias décadas para que los Beatles sobrevivientes lanzaras una nueva mezcla del álbum, que se llamó Let It Be… Naked.
Naked -o desnudo-, hacía referencia al hecho de quitar la producción de Spector, considerada un tanto excesiva. El productor y músico había querido emular el estilo orquestal de Martin, quien mejoraba las composiciones de The Beatles, a veces proveyendo de soluciones milagrosas a predicamentos compositivos. Para la nueva edición de 2003, se eliminaron las orquestaciones y de dejó un material más puro, más rock, más auténtico.
Sin embargo, el disco original tiene su encanto y sigue siendo preferido por muchos de sus fans, sobre todos los que crecieron con la música del cuarteto. La lista de canciones parece como si se tratara de una colección de éxitos y no de canciones inéditas en su tiempo. Lo que da cohesión, por supuesto, es la grabación, así como asociación a la famosa presentación en el techo de los estudios de grabación de Abbey Road, donde tocaron juntos por última vez.
Si Let It Be no se hubiera producido, seguramente las canciones habrían terminado en cada uno de los discos como solistas. El tiempo total es extremado corto con tan sólo 35 minutos de música nueva. De las 12 canciones contenidas, un par son de menos de un minuto y parecen vestigios de las ideas semi conceptuales de discos como Sgt. Pepper o Abbey Road.
“Dig It” es un extracto de lo que parece una improvisación y que es una de las pocas canciones acreditadas a los cuatro Beatles; por otro lado, “Maggie Mae” es una canción tradicional de Liverpool y de la cual también se hace referencia en la canción de Rod Stewart, “Maggie May”. Ambas fueron excluidas de Let It Be… Naked, para poder agregar “Don’t Let Me Down”, que quedó fuera del álbum de 1970.
Este 2020 se cumplen 50 años de ese histórico 8 de mayo de 1970 en el que llegó Let It Be a las tiendas, con canciones infaltables en la cultura mundial como la que da nombre al disco, así como “Get Back”, “The Long and Winding Road”, “I Got A Feeling”, “Let It Be”, “I Me Mine” y una versión alterna de “Across The Universe”. Si no has escuchado este disco de inicio a fin, te invito a crear una gran experiencia.
Mis años de estudiante con estas canciones el grupo en sí recuerdos muy hermosos de la vida,