Los acordes al tocar su guitarra mantienen atentas a cientos de personas. Camina entre el público, sin dejar de ponerle emoción y gestos a sus ‘pisadas’ e interpretación. El blanco de su vestimenta (pantalón, zapatos y un híbrido de camisa-suéter) contrasta con la oscuridad de la noche.
Verano de 2015. 20 de julio. Plaza de Armas de la capital de Querétaro. Javier Bátiz es parte del programa del Festival Internacional de Jazz de Verano, en la última edición a cargo del entonces Instituto Queretano de la Cultura y las Artes (IQCA) durante el cierre de sexenio de José Calzada.
Es inicio de semana. Hombres, mujeres, niños y personas de la tercera edad llenaron las sillas colocadas para el público, e incluso hubo que cerrar la calle y acceso vial de Pasteur para que otras decenas de personas disfruten la música desde la calle.
Por las bancas rumbo a la fuente de El Marqués de la Villa del Villar, destaca la silueta de un hombre algo que observa y escucha con atención.
Gerardo Fernández Noroña, hoy presidente del Senado de la República, mira hacia el escenario donde el guitarrista de Tijuana –Bátiz-, sus músicos y vocalistas –tres mujeres- dan cátedra de rock.
Al estar de visita por el centro de la capital de Querétaro, Fernández Noroña detuvo su tránsito en Plaza de Armas y escuchó los acordes que salen de la guitarra blanca de “El Brujo”.
El escenario colocado afuera de Palacio de Gobierno es un hervidero de gente. No por el calor, sino por la cantidad de personas que trae el espectáculo musical –gratuito- que participan junto a Bátiz.
Los músicos –guitarristas y baterista jóvenes-, las bailarinas, tres mujeres como vocalistas –una de ellas su esposa-, más el humor, las palabras y las anécdotas de Bátiz, engalanaron la noche calurosa de julio.
“Bátiz, ¡te mamaste los dientes!”, frase escuchada al término
Las sorpresas no han terminado. El concierto, que durará casi dos horas, motivará aplausos, gestos de aprobación y expresiones de júbilo en el público. También una que otra risa con las palabras y actitud de Bátiz.
Javier Bátiz incluyó una cumbia en su repertorio. Además, al pasar poco más de una hora de melodías, riffs y acordes que endulzan el oído de los aficionados al rock, presenta en el escenario a su hermana: “Baby” Bátiz.
“Piece of my heart” y “Tú serás mi baby” fueron dos de las melodías que cantó junto con su hermano. Vestida de negro, con un estampado que dice “Bátiz” al centro de su playera, sus movimientos y frases recordaban a la época hippie.
Javier Bátiz toca con emoción y fuerza. Mira al cielo y sonríe, mientras el público escucha y disfruta sus acordes en los “solos” de “Piece of my heart”.
Cinco melodías serán parte del repertorio o dueto Bátiz. El show también fue de luces en el escenario. Todo quedará grabado para la posteridad en el acervo de videos de la hoy Secretaría de Cultura estatal.
Sobre la calle de Pasteur, dos hombres periodistas observan y escuchan gustosos el concierto. El reloj indica casi 11 de la noche. Javier Bátiz, “el Brujo (blanco)” del verano queretano, ha terminado su concierto.
Espontáneo y con emoción, uno de los periodistas exclama “Bátiz, ¡te mamaste los dientes!”. Ha sido una noche y una música inolvidables.
No sería la última visita ni tampoco el último concierto de Bátiz en Querétaro. Pero sí el que quedó grabado para siempre en la mente del público que asistió.
Bátiz y su música iluminaron una noche de julio en Querétaro capital.