Emprende el camino de regreso. Octavarium, de Dream Theater.

Para mejorar, es necesaria la humildad y asumir la responsabilidad. Entonces se emprende el camino de regreso. Octavarium, de Dream Theater, así lo expone.


Creando de la destrucción.

La autoindulgencia es una conducta común, asumida por el individuo para poder justificar ciertas actitudes que, sabe, no son las que debería de tomar. Es una manera casi cariñosa de apagar la consciencia.

En algunos casos, estas actitudes llevan a las adicciones. Y adicciones hay de todo tipo. En Octavarium, podemos conocer acerca más acerca de la travesía personal y nada sencilla del baterista Mike Portnoy en el track que abre la placa, “The Root of All Evil” (“La raíz de todo mal”).

La composición forma parte de una obra repartida en varios álbumes y que se conoce como “The 12-Step Suite” (“La suite de los 12 pasos”), siguiendo las 12 etapas en la recuperación de Alcohólicos Anónimos y es una de las ocasiones en que Portnoy toma el papel de letrista.

La canción da dirección al resto de la producción, constituida por 8 composiciones. Y si el número 8 parece recurrente, así es, es una de las intenciones de Theater.

The Root of All Evil

Al interior de un teatro de sueños.

El Octavarium es un lugar conceptual en el que el grupo nos entrega sus propuestas y nos invitan a entrar, desconectándonos de nuestros respectivos mundos para permanecer en una comunidad etérea y atemporal. Este lugar está compuesto por octavas musicales, aquellas que también envuelven a una composición.

En la música, todo se remite a las octavas, el recorrido natural de la escala que comienza con una nota y termina con esa misma, ya sea en un tono más agudo o más grave. Es la misma nota, pero que ha pasado por un proceso evolutivo, tal como nosotros somos modificados por las experiencias. Somos el mismo “yo” de hace un año, pero transformados, ya sea para bien o para mal. No somos lo que fuimos, aunque nuestra esencia se permanezca igual.

Octavarium inicia y termina con la misma nota, recordándonos que todo finaliza como comienza, en la nada y fuera de este mundo. Cada uno de nosotros vivimos en nuestra propia octava.

Todas las canciones que integran a esta producción merecen ser analizadas y, sobre todo, disfrutadas por el escucha. No son experiencia de una sola vez, son interesantes construcciones que nos ofrecen distintos mensajes, tanto líricos como musicales, y que tenemos que descubrir conforme nos internamos en ellos, pues varios permanecen ocultos a simple vista, como sucede cotidianamente con Dream Theater.

Octavarium (2009 Remaster)

“Octavarium”.

Por ejemplo, la canción que cierra el disco comparte nombre con este, “Octavarium”. La composición muestra una serie de influencias musicales, en las que algunas resaltan más que otras, tales como las de Queen, Steve Vai, Yes, Emerson Lake & Palmer, Rush. También podríamos agregar a Genesis o a Jethro Tull con la flauta evocativa de sus sonidos, o un dejo de Pink Floyd y hasta referencias mucho más recientes, como las de Muse, que ejerció cierta influencia en el grupo de Boston.

Las referencias a grupos y letras de canciones son demasiadas y pone de manifiesto la razón de existir del Dream Theater, que es el amor a la música. Este, a su vez, es otro recordatorio de que somos de dónde venimos, lo que nos gusta es lo que nos forma. Y nos forja.

La canción, a propósito, tiene una duración de 23 minutos con 59 segundos, emulando las horas de un día. De esta manera, al terminar, puede volver a comenzar. Y así, ad infinitum.

Octavarium es un disco franco de rock progresivo y de metal progresivo, no lo oculta y en sus duros acordes también escuchamos secciones de metales y de cuerdas que ayudan a que la pieza crezca hasta la explosión.

La octava producción de estudio de Dream Theater se dio a conocer el 7 de junio de 2005.

The Root of All Evil (2009 Remaster)

Y aquí te dejo otro disco del grupo, del año 1999, una gran obra conceptual, Metropolis Pt. 2: Scenes from a Memory:

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