Keeper of the Seven Keys: Part II, de Helloween, es uno de sus materiales más comerciales y, por lo tanto, más famosos. Se lanzó hace 35 años.
Al interior, la banda de Hamburgo hace un extraordinario trabajo.
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Este tipo de álbumes, pese a que puedan parecer “pesados”, en realidad son muy armónicos –como lo hemos dicho con anterioridad-. La complejidad musical es merecedora de escudriñamiento en cada uno de sus componentes, el bajo, guitarra, batería y las vocales. También encontramos otros instrumentos en menor medida, como el teclado, que tampoco desmerece.
Se compara la voz de Michael Kisle con la de otro buen cantante, Bruce Dickinson, de Iron Maiden. Y si hay similitudes tanto en rango como en color pero, si nos detenemos para analizar a Helloween, encontraremos a un animal totalmente distinto.
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Como el título lo dice claramente, esta es la segunda parte de “El cuidador de las siete llaves”, que es una historia fantástica, inspirada por la mitología de Tolkien, así como por creencias cristianas. Sin embargo, no hay profanidad en el contenido, simplemente mucha imaginación, creatividad y despliegue técnico.
El tema, así como el nombre en sí, es significativo para la banda y para sus seguidores. Además de dar nombre a dos producciones discográficas (que habían pensado originalmente como un solo disco doble, pero que les fue negado por la disquera), es la denominación de su canción más larga (hasta 2005, con “The King for a 1000 Years”).
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La duración de “Keeper of the Seven Keys”, es de 13 minutos con 37 segundos y cuenta la historia de un héroe que pretende evitar que el mal domine el planeta.
El protagonista debe evitar caer en tentación y arrojar siete llaves en los siete mares. Pese a lo arduo de su labor, al final, la recompensa será la salvación de la humanidad.
Otros dos temas populares, fueron los sencillos. No nada más por haber sido electos para promoción, sino por su buena ejecución como “Dr. Stein” y sus ricos puentes musicales y “I Want Out”, con tintes punks y en el que su compositor Kai Hansen (guitarrista y corista), afirma sin tapujos que quiere salir de la banda.
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Cinco de los tracks fueron compuestos por Michael Weikath, guitarrista y tecladista, dos por Hansen y dos por el vocalista, Michael Kiske.
El disco original contiene nueve canciones y dura casi 49 minutos y medio, mientras que la edición en compacto agregó un tema, extendiéndose casi hasta los 55.
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Keeper of the Seven Keys: Part II, salió a la venta el 29 de agosto de 1988.
Ahora te ofrezco la nota donde hablo acerca del disco anterior:
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Y Straight Out of Hell: