Podría ser el álbum menos exitoso del cuarteto californiano mas, aun así, tiene buen peso en la historia. Es la cuarta producción de The Doors, The Soft Parade.
El disco se dio a conocer el 18 de julio de 1969 y fue abanderado por los sencillos, “Touch Me”, “Wishful Sinful”, “Tell All the People” y “Runnin’ Blue”, todos estos escritos por Robbie Krieger.
“Tócame”.
“Touch Me” fue uno de los cortes promocionales más famosos en la carrera de The Doors, pero el resto de ellos no alcanzó buena posición en las listas de popularidad.
El disco en sí, enfrentó un rechazo del público, debido al radical cambio en el sonido de The Doors, promovido por su productor, Paul Rothchild.
La implementación de secciones de cuerdas y de metales, le valió la etiqueta de “sobreproducido”. Ese momento llegó cuando The Doors ya eran considerados no solo uno de los más grandes grupos de su país, Estados Unidos, sino de todo el planeta.
Lo cierto es que uno de los elementos por excelencia de The Doors, es la aspereza, esa que se aprecia en sus grabaciones de conciertos. La naturalidad y la improvisación eran de suma importancia y una de sus sellos más representativos.
Comuna de géneros.
En sí, The Doors no eran del todo fáciles de escuchar, pues contaban con influencias variadas, que podían ir muy hacia el del lado del blues; a la vez, el country como en “Easy Ride”, o el bluegrass de “Runnin’ Blue”; toda una mezcla conceptualmente sicodélica de géneros musicales.
Por ello, es recomendable ir track por track, apreciarlos por separado y encontrar sabor a cada uno de ellos.
The Soft Parade es un material que suena a The Doors, y más con el tiempo a cuestas. El estilo inconfundible del cuarteto nunca ha sido repetido, aunque sí emulado o descaradamente copiado.
Además de la variedad de estilos, podemos escuchar buenos experimentos y las influencias musicales de ese tiempo, incorporado de diversas maneras en sus composiciones.
El grupo puede perderse por momentos entre la maleza de instrumentos de orquesta; ese hecho, en sí mismo, resulta interesante.
Y si en algún momento te sientes próximo a perderte, puedes viajar momentáneamente al segundo track, el inolvidable “Touch Me”.
Los cuatro fantásticos.
En contraste, la última canción, “The Soft Parade”, es una suite musical que inicia con la voz reclamante de Jim Morrison, desprovista de instrumentos. Cuando estos se unen, se convierte en una especie de popurrí o medley, una comuna musical que viaja hacia donde la lleva el momento.
El teclado de Manzarek, la guitarra de Krieger y el bajo de Densmore, experimentan y conviven con buenos resultados y ofreciendo algo novedoso a los seguidores habituales de The Doors, aunque tal vez fue demasiado para ese tiempo.
The Soft Parade, con sus 9 canciones, cumple 55 años de haber sido lanzado al mercado.
A continuación, te ofrezco otras notas acerca de este formidable conjunto musical.
Abolutely Live:
Morrison Hotel:
Los 80 años del nacimiento de Jim Morrison y 40 del álbum An American Prayer:
El aniversario luctuoso 50 de Morrison:
Y el filme de Oliver Stone, The Doors, con Val Kilmer y Meg Ryan:
Jaguares y Bajo el azul de tu misterio.
La nueva era de Lisa de Blackpink
Renaissance de Beyoncé, un homenaje a la música y la cultura LGBT+
Kasabian, uno de los debuts triunfadores de 2004.