Pink Floyd, un momentáneo lapso de razón.

El turbulento proceso que sufrió el cuarteto y que concluyó en un inevitable divorcio, produjo un silencio de casi 4 años y medio en el que incluso estuvo en duda la supervivencia de la agrupación. Finalmente, en 1987 tuvo Pink Floyd, un momentáneo lapso de razón.

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A Momentary Lapse of Reason inicia con la adecuadamente titulada “Signs of Life” (“Señales de Vida), en la que una barcaza navega acompañada del sonido del teclado de Rick Wright, quien anunciaba su regreso.

Antes, un poco de contexto. Roger Waters lideró el grupo tras la salida de Syd Barrett en 1968 (sustituido por David Gilmour) y hasta 1983. Sin embargo, Waters sucumbió ante las distintas presiones que implicaban la extravagante vida empresarial de un grupo de tal envergadura, lo que se tradujo en una crisis con el resto de sus compañeros.

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Tras el lanzamiento de The Wall (1979), Wright quedó oficialmente fuera de Floyd, orillado por Waters y las diversas deudas de la banda. Por esta razón, Wright no aparece en The Final Cut, de 1983.

Waters decidió que Pink Floyd ya no debía existir, pues él era el creativo del grupo con pocas contribuciones de los demás miembros. Sin embargo, estas eran significativas. Después de lanzar su primer disco como solista, Pink Floyd quedó en pausa indefinida, hasta que Gilmour decidió retomar camino sin Waters, quien aparentemente no necesitaba de la marca. Esto llevó a un litigio que duró años.

Gilmour y Mason, el miembro fundador más longevo en la historia del cuarteto, dieron a conocer A Momentary Lapse of Reason, el décimo tercer disco, el 7 de septiembre de 1987.

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La producción reincorpora a Rick Wright, no como miembro oficial, sino como músico de estudio. En los créditos no aparece su nombre como compositor. Los teclados habían sido grabados casi por completo cuando el cofundador de Floyd pudo integrarse de manera legal. No obstante, sí participó en la gira.

Por otro lado, el papel de Mason en la batería fue disminuido, pues se encontraba fuera de forma después de pasar tanto tiempo sin tocar. Cuatro bateristas y percusionistas adicionales aparecen en el material.

El álbum fue remasterizado y remezclado en 2019, actualizando su sonido e incorporando nuevas grabaciones de Wright y Mason con el fin de dar un balance grupal.

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La composición de los tracks es carente de Mason y Wright, solo aparece Gilmour, quien fue ayudado por varios profesionales, tales como Anthony Moore, Bob Ezrin, el tecladista John Carin, Pat Leonard y el consagrado Phil Manzanera (guitarrista de Roxy Music y colaborador frecuente de Gilmour).

El disco fue grabado con una gran cantidad de músicos; así como en la gira se apoyaron de un colectivo, por lo que Floyd dejó de ser un grupo de cuatro, de tres o de dos. Tony Levin (bajista de King Crimson y Peter Gabriel) aparece en varios de los tracks, así como los saxofonistas Tom Scott, John Helliwell y Scott Page. Desde ese momento, ese instrumento se volvió un componente permanente de la banda.

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En 1987, otro miembro no oficial que estaba de regreso, era el portadista Storm Thorgerson, del estudio Hipgnosis, y quien había sido dejado de lado en el arte de los discos The Wall (1979) y The Final Cut (1983). En una de sus típicas ideas, Thorgerson planificó la colocación de 700 camas de hospital, con almohada y cubierta, para la sesión fotográfica.

Cada cama de hospital fue colocada sobre la playa Saunton en Devon, Inglaterra, en lo que simulaba un río. Desafortunadamente, cuando el set estaba listo, comenzó a llover y se tuvo que cancelar la sesión fotográfica. Todo el material tuvo que ser retirado y dos semanas más tarde, colocado de nuevo.

Pink Floyd - Learning To Fly (Official Music Video HD)

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Pink Floyd, bajo el liderazgo de Gilmour, cambió considerablemente al de Waters o al de Barrett. La música se volvió más elegante, comercial y las temáticas se diversificaron. Atrás quedaron los discos literalmente conceptuales y el rock progresivo. Con A Momentary Lapse of Reason, fue más una especie de art rock y pop. Las canciones eran pensadas para ser editadas como single y reproducidas en la radio. Floyd pasó a ser rock de estadio de ostentosa parafernalia y todo un espectáculo visual.

Aun así, en el estilo del progresivo, algunas de las canciones en el álbum se ligan con la siguiente, como la que abre, “Signs of Life”, que da paso a la explosión de “Learning to Fly”, canción satanizada por mero desconocimiento, pues no habla acerca de experimentar con drogas sino, tal cual, de tomar clases de vuelo. La fórmula aplicada al inicio de este disco, se repetiría en The Division Bell, de 1994.

Pink Floyd - On the Turning Away  Remastered 2019

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Algunas trazas del progresivo se mantienen, sobre todo conforme avanza la grabación. Después de la bella y melódica “On the Turning Away” (la última del Lado A del vinil), “Yet Another Movie” presenta un sonido más pesado, con poca intervención vocal y, sin concluir, da paso inmediato a “Round and Around”, un minuto y 13 segundos de puente musical que se desvanece poco a poco.

Entonces, escuchamos el lamento casi a capela de Gilmour con reminiscencias a los temas oscuros de Waters en “A New Machine”, fraccionada en dos partes: “¿No te cansas de esperar? ¿Alguna vez te cansas de seguir ahí? No te preocupes… nadie vive para siempre. Nadie vive para siempre”.

Terminal Frost

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Entre ambas composiciones se encuentra una instrumental. También difiere del viejo Floyd en que no es nostálgica, sino con tonos optimistas y su explosión de voces y saxofones. “Terminal Frost” avanza hacia la luz para terminar disipándose. Entonces regresa Gilmour y su reclamo vocal por casi 40 segundos en “A New Machine (Part 2)”.

El álbum termina con “Sorrow”, una de las composiciones más conocidas de Pink Floyd. Y la más rockera en esta producción (además de “Dogs of War”). El profundo sonido introductorio de la guitarra de Gilmour se logró conectando el instrumento al sistema de un sonido de un estadio vacío.

La madurez, elegancia y sobriedad que se aprecia en A Momentary Lapse of Reason, fue sello de Floyd desde ese momento. La producción discográfica y su subsecuente gira mundial, cumplen 35 años de haberse dado a conocer.

Signs of Life
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