Más de dos mil millones de personas en el mundo no tienen acceso a agua potable y alrededor de cuatro mil millones carecen de saneamiento básico.
Ante este panorama, la Inteligencia Artificial (IA) surge como una herramienta clave para mejorar la eficiencia, sostenibilidad y rentabilidad de los servicios de agua.
Según especialistas en tecnología, la IA permite optimizar procesos como el riego, la gestión hídrica y la detección de fugas.
También contribuye a sensibilizar al público sobre el ahorro y a mejorar el tratamiento de aguas residuales de origen doméstico o industrial.
México ya emplea sensores y modelos de IA
Adriana Pérez Espinosa, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Iztapalapa, explicó que en México ya se utilizan estas tecnologías.
La Secretaría de Gestión Integral del Agua de la CDMX ha incorporado sensores en la red hidráulica para obtener información en tiempo real y activar válvulas automáticas que eviten desperdicios.
“Los sensores miden el flujo constante y almacenan los datos. Si hay una variación, se activan alertas y se cierran válvulas para evitar fugas”, detalló Pérez Espinosa en entrevista para el programa AguaCERO de UAM Radio 94.1 FM.
Estos datos se procesan mediante modelos clasificadores de IA que detectan anomalías, como descensos en el flujo, provocados por fugas u obstrucciones.
Posteriormente, interviene el personal técnico para tomar decisiones basadas en ese análisis.
Tecnología con doble filo: también consume agua
Sin embargo, el uso de IA no está exento de consecuencias.
La doctora advirtió que los centros de datos requieren grandes cantidades de agua para su enfriamiento y funcionamiento. Citó como ejemplo la planta de Intel en Guadalajara, donde se usa agua en procesos de limpieza y refrigeración.
Incluso acciones cotidianas como interactuar con un chatbot pueden tener impacto ambiental. “Una simple conversación con ChatGPT puede implicar el consumo de entre medio y tres litros de agua”, advirtió.
IA también ayuda a prevenir desastres naturales
Algunos países ya aplican IA para prevenir desastres relacionados con el agua.
En India, se analiza el clima, el suelo y las cuencas para determinar los mejores momentos de siembra. En Japón, desarrollaron tecnología para anticipar desbordamientos de ríos.
En la UAM Iztapalapa, un grupo multidisciplinario de académicas —incluidas Delia Montero Contreras y Judith Cardoso Martínez— colabora en una planta de reciclaje de agua para lavanderías, lo que permite reutilizar el líquido sin comprometer la salud humana.
“Se busca evitar el uso de agua potable y al mismo tiempo conservar una calidad adecuada para el contacto con la piel”, afirmó Pérez Espinosa.