Publicidad
La Carpeta Verde

El crimen organizado y sus tácticas de guerrilla: la nueva guerra asimétrica

Publicidad

Las tácticas de guerrilla son inherentes a cualquier tipo de conflicto armado y llevan milenios perfeccionándose y adaptándose a los entornos de su época. Una de sus características centrales es que son empleadas por fuerzas pequeñas en comparación con sus adversarios, tanto en número de efectivos como capacidad logística, buscando infligir el máximo daño posible con el menor riesgo de bajas mediante el uso de artilugios de todo tipo. 

Esta forma de combate que siempre ha existido —ataques repentinos, retiradas dinámicas, aprovechamiento del terreno, organización de células compactas, coerción de la población civil, acciones de sabotaje, espionaje, propaganda, innovaciones tecnológicas, etcétera—, se denominó por vez primera como “guerrilla” durante la invasión napoleónica a España.

La etiqueta fue acuñada en castellano por un periódico londinense, The Times, siendo traducida al inglés como little war, y hacía referencia a la actuación de la resistencia española que se enfrentaba con una brutalidad radical al ejército de Napoleón para expulsarlos de su país. Bajo estas condiciones sumamente hostiles, los franceses nunca lograron controlar el territorio invadido y se dieron cuenta, quizá muy tarde, que era imposible sofocar esas partidas con una fuerza armada convencional.

A partir de ese momento, hacer guerrilla ha sido parte de una fórmula efectiva cuando se trata de plantearle frente a los ejércitos regulares, pues desgasta sus capacidades, diezma la moral de la tropa, y sobre todo, estancan el avance del conflicto pues nunca hay un ganador claro: quien se lleva la victoria es aquel que resiste y persiste, pero siempre a un costo altísimo.

> TE PUEDE INTERESAR: Militarización en México: un fenómeno con raíces históricas

Los cárteles mexicanos y la evolución de las tácticas guerrilleras

Aterrizando al contexto actual que vive el Estado mexicano en su lucha contra la delincuencia organizada, este problema de seguridad nacional se ha agudizado en las últimas décadas puesto que los cárteles de la droga han recurrido a estrategias de combate guerrillero para subsistir, y estas son cada vez más complejas.

Ya no es excepcional que el crimen vaya creando brazos paramilitares fuertemente armados que les proporcionen seguridad y garanticen su existencia, no solo ante los policías y militares que les persiguen, sino que también sobre otros grupos que compiten en su mercado ilícito. Esto a todas luces ha desembocado una guerra interna con tintes híbridos y asimétricos, y por supuesto, eleva la letalidad y violencia del conflicto que lleva vigente, al menos, desde 2006.

La militarización de los cárteles es uno de los procesos responsables de la mutación de su forma de guerrear. Principalmente se ha habituado el reclutamiento de miembros de las fuerzas especiales de los ejércitos de México, Colombia y Guatemala, ya sea para incorporarlos a sus filas o contratarlos para entrenar células de choque. Inclusive ahora con la expansión global de sus operaciones, han utilizado a militares europeos como aliados logísticos.

Por otro lado, las guerras internacionales también han contribuido al desarrollo de este fenómeno. Se ha detectado que mercenarios y sicarios de distintas organizaciones criminales están presentes en la guerra de Ucrania, justo en el bando defensor; situación que la propia embajada rusa en México ha denunciado. Así mismo ha sucedido en regiones de África, donde los cárteles aprovechan la inestabilidad política entre golpes de Estado que van y vienen para tejer sus redes con caudillos y grupos armados locales.

Caso especial es el de “Águila 7”, que según información de inteligencia en México y Ucrania, es un presunto miembro del Cártel de Los Zetas, antiguo integrante del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE) del ejército mexicano, que desde 2024 se infiltró en la Legión Internacional y opera en una unidad técnica especializada en drones de guerra. Según los reportes, se cree que este personaje —del cual ya no ha habido más detalles de su estatus actual— viajó al frente para ampliar su experiencia.

Miembros de cárteles mexicanos usando tecnología especializada en drones

Como se puede observar, dichos escenarios bélicos funcionan como campos de entrenamiento para importar o exportar tácticas guerrilleras, esencialmente en lo relacionado con el manejo de artillería pesada, munición especializada, drones de combate, fabricación de explosivos, vehículos blindados y, lo más grave, armas químicas. Lo aprendido en zonas de guerra se pone en práctica en suelo nacional contra las fuerzas del orden, facciones rivales y hasta con la población civil que se les opone en defensa de sus hogares.

El ejemplo más claro de guerrilla de nueva generación en la delincuencia organizada, es la letalidad mostrada por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que por los menos desde el 2020, lleva perfeccionando el arte de emplear drones para espiar o atacar a sus enemigos. 

Este cártel formó un cuerpo especial bautizado como “Operadores Droneros” que ha sido vinculado como partícipe en varios hechos de violencia, atacando unidades de seguridad tanto en Jalisco, Michoacán, Guerrero, y recientemente en Tijuana, Baja California. Las figuras más visibles de este brazo armado son “Lady Drones”, detenida en agosto del 2025 en Campeche, y “El Flaco Drones”, quien sigue prófugo y no ha sido plenamente identificado.

Tácticas guerrilleras de la delincuencia organizada

Haciendo un análisis breve, estas son las tácticas de guerrilla que usan de manera generalizada varios grupos paramilitares de la delincuencia organizada. Se puede observar que cada una tiene un nivel de impacto específico, por lo que al combinar varias de estas, el efecto logrado es de mayor letalidad. 

Uso de células especializadas:

• Operación en unidades móviles y compartimentadas.

• Dificulta detección y neutralización en campo.

• Reduce vulnerabilidad y permite ataques sorpresa.

Reclutamiento de ex militares:

• Incorporación de personal militar entrenado.

• Aumento de capacitación y conocimiento táctico.

• Transferencia directa de tácticas profesionales.

Narcotanques blindados:

• Vehículos blindados artesanales con armamento pesado.

• Incremento en poder de fuego y resistencia al fuego.

• Cambia la naturaleza del enfrentamiento directo.

Minas antipersona:

• Explosivos ocultos para negar terreno o protección.

• Elevado riesgo, restringe movilidad militar.

• Crea obstáculos y zonas de no paso para fuerzas armadas.

Drones armados:

• Uso de drones para vigilancia y ataques con explosivos.

• Ataques a distancia, vigilancia avanzada.

• Gana superioridad aéreo-táctica a bajo costo.

Artefactos explosivos (IEDs):

• Bombas improvisadas en carreteras y puntos críticos.

• Alta letalidad en emboscadas.

• Método asimétrico eficaz contra convoyes y tropas.

Guerra de información:

• Propaganda y manipulación mediática para intimidar.

• Impacto psicológico y social.

• Reduce cohesión y apoyo a fuerzas, incrementa miedo social.

Corrupción e infiltración

• Penetración en fuerzas policiales y militares.

• Sabotaje y pérdida de inteligencia.

• Reduce efectividad y genera desconfianza interna.

Tácticas de emboscada:

• Ataques coordinados en terreno hostil.

• Máxima efectividad en combate.

• Causa bajas importantes con mínima exposición.

Control territorial:

• Dominio de zonas para operaciones seguras.

• Reduce ámbito de acción de fuerzas oficiales.

• Compleja recuperación y control estatal.

Inteligencia y contrainteligencia:

• Red de halcones y contraespionaje.

• Anticipación de operaciones militares.

• Incrementa la resiliencia operativa.

Entrenamiento por mercenarios:

• Campos de entrenamiento con instructores capacitados.

• Mejor nivel táctico y coordinación.

• Profesionaliza a las fuerzas del cartel.

Redes de comunicación cifrada:

• Uso de tecnología para comunicaciones seguras.

• Complica intercepciones y localización.

• Mayor coordinación ante vigilancia estatal.

Logística militar:

• Control y suministro de armas, transporte y municiones.

• Mantiene operaciones prolongadas.

• Esencial para sostenibilidad de conflictos prolongados.

Ciberataques y hackeos:

• Intrusión digital en sistemas de información y comando.

• Bloqueo de inteligencia, sabotaje de comunicaciones.

• Puede paralizar operaciones militares o exponer datos.

Armas químicas:

• Empleo de gas o químicos caseros en ataques limitados.

• Lesiones masivas, pánico y suspensión operativa.

• Alto impacto psicológico y mediático; riesgo civil elevado.

Unidad de fuerzas especiales del ejército mexicano con equipo anti drones, durante el desfile militar del 2024

Notas al calce en esta carpeta:

• Los drones están siendo los protagonistas en todos los conflictos asimétricos del mundo. Lamentablemente, el costo de la tecnología anti drones es sumamente elevado en comparación con dichas aeronaves. En 2020, la SEDENA gastó 3.7 millones de pesos en adquirir 4 rifles inhibidores, mientras que los drones usados por los cárteles rondan entre 30 mil hasta 200 mil pesos.

• Las fuerzas armadas mexicanas tienen que actualizar sus operaciones para neutralizar las tácticas guerrilleras de nueva generación. Muchos de los manuales de contraguerrilla fueron producidos en el contexto de la guerra fría, por lo que si aún no han sido renovados, este es el momento preciso para hacerlo y no seguir perdiendo ventaja sobre los early adopters tecnológicos del crimen organizado.

Nodos bajo la lupa en esta carpeta:

Águila 7: aún queda la incógnita sobre qué es lo que le ha ocurrido a este sicario y ex militar de fuerzas especiales; la inteligencia militar ucraniana, gracias a la información del CNI, logró ubicarlo, pero se desconoce si fue detenido, repatriado, o simplemente lo ignoraron —al fin y al cabo está luchando contra rusos—.

El Flaco Drones: el operador es considerado un objetivo de alta prioridad por el gobierno mexicano dada la posición que éste tiene dentro del CJNG; desde el 2021 fue identificado, por lo que su persecución lleva ya 4 años.

Publicidad
Publicidad