Leyes básicas a tomar en cuenta
Así como lo lees, el aprendizaje no es un proceso aislado en una organización o empresa, por nueva o vieja que sea, siempre hay algo que se debe aprender porque el mundo cambia, evoluciona. Cuántas veces no te atoras en el nuevo protocolo administrativo, te das de topes con el muevo modo de enviar información, etc…
El aprendizaje es un proceso mediante el cual se adquiere conocimiento y lo relacionamos con la vida laboral y personal. En este proceso tiene que ver la experiencia, pues gracias a ella la sinápsis, o sea, las conexiones neuronales nos permiten generar nuevas asociaciones, recuerdos, memorias y como tal conocimiento.
Para ello generamos cambios de conducta como respuesta a la experiencia y hay una serie de condiciones que influyen en dicho proceso, por ejemplo, la ley del efecto, donde la persona mantiene una conducta que producirá una recompensa o tendrá un efecto y, suspende la que no brinda ninguna recompensa. Si a tu jefe le da equis que llegues tarde, continuarás llegando tarde seguramente. Si por el contrario, la puntualidad es un buen atributo, entonces la reconocerá y tú seguirás llegando a tiempo.
El aprendizaje obedece a la ley del estímulo, pues cuando estos se repiten tienen a desarrollar patrones estables de conducta, contrario a lo que sucede con los estímulos poco frecuentes.
Cada que nosotros queremos aprender nuevos procesos, hay un grado de dificultad para ello, pues no nos queda claro que se requieren de tres condiciones: el tiempo, la operación diferente y un nuevo ambiente. O sea que para aprender, debemos desaprender, pero además dedicarle tiempo al proceso, realizar esa actividad de forma distinta y aprenderla en un nuevo espacio, esa es la ley de la descongelación.
Por último, la ley de la complejidad creciente nos señala que, cuando lo que se quiere aprender implica un alto grado de complejidad, lo que se debe hacer es ir poco a poco, comenzar por aspectos o tareas simples, inmediatas y concretas, paulatinamente dirigiéndonos a las tareas complejas.
Así que ya sabes por qué se te complican las cosas o a tu equipo de trabajo, incluso el valor de estimular constante y positivamente las acciones que quieres que se repitan. Aunque todos estén en el mismo barco, no todos están aprendiendo de la misma forma.