Hace unos días – hizo ya ocho días para ser exactos – los habitantes de la parte sur de la ciudad de Querétaro se llenaron de asombro y de estupor.
Y es que, desde lejos, todas las colonias cercanas al Estadio Corregidora pudieron observar unas gigantescas columnas de humo que nos pusieron a todos en estado de alerta, más y con razón, a los ecologistas.
Se trató del peor siniestro, incendio, que se haya registrado en esta zona en los que va del siglo, porque se consumió el ochenta por ciento de El Tángano, que ardió inmisericordemente durante tres días con sus noches.
En total, se considera que ardieron 530 hectáreas, llevándose gran parte de la vegetación caducifolia, formada por plantas y arbustos que duraron muchos años en crecer y desarrollarse. Sin embargo, no solamente fue la pérdida de plantas, sino también de animales, entre los que se cuentan gatos monteses, conejos, coyotes, liebres y hasta armadillos, que habitaban en esta zona, que abarcó gran parte del municipio de Querétaro, pero también de El Marqués y hasta de Huimilpan.
Los ecologistas de Querétaro señalan y con justa razón, «que este lamentable hecho no debe quedar impune» si bien PROFEPA no ha emitido ningún comunicado como si ahí no hubiera pasado nada.
«No se hizo peritaje alguno, ni evaluación y ni siquiera cuantificación de daños», señala y con justa razón la ecologista América Vizcaino».
«Urge – dice – una restauración el ecosistema en toda esta zona».
«¿Hay – se pregunta – una inscripción de los terrenos incendiados en el Registro Nacional Forestal? Mucho me temo que no.
Pero además y por Ley, no pueden darse cambios de uso de suelo en toda esta zona hasta por 20 años, para que los voraces inmobiliarios ni se fijen en esta zona. Y ahí muy cerca está el Fraccionamiento Punto Olivo, que ya se encuentra urbanizando. Al respecto, el regidor del Partido Verde, Jorge Cevallos, señala que «urge una revisión detallada de todos los cambios de uso de suelo, no solo en esta zona sino en diversas partes del municipio de Querétaro…revisar con lupa si se dieron dictámenes de cambio de uso de suelo, a favor de inmobiliarias, porque pudieran ser objeto de revocación».
Por su parte, la ecologista América Vizcaino dice que SEMARNAT debe solicitar a los dueños de estos terrenos incendiados, el programa de reforestación de esos predios, «programa que no debe ser mayor a dos años» y si estos no pueden reforestar, entonces que se encargue la propia dependencia federal pero también y la CONAFOR.
No bajan pues – para nada – las exigencias de los ecologistas.
Y, hasta ahora, lo peor es que no hay respuestas, de ninguna dependencia federal, ni del estado, pero tampoco de los municipios involucrados en este lamentable siniestro.
El panorama ahí en El Tángano es desolador.