El Castillo de Chapultepec fue construido a finales del siglo XVIII, fue hogar de los emperadores, pasando por su conexión con Benito Juárez y los Niños Héroes hasta la modernidad.
Los espacios históricos son, como su nombre lo dice, recintos por donde han sucedido hechos históricos o la historia les ha pasado con el tiempo, desde lugares prehispánicos que cuentan los orígenes del territorio mexicano a los recintos construidos por los españoles.
Todos estos lugares cuentan un suceso, cuentan la vida de una persona o se han vuelto emblemas que han perdurado en el tiempo, siendo el Centro Histórico de la Ciudad de México uno de los lugares con más espacios históricos en un mismo espacio.
Pero no es el único lugar, ya sean lugares naturales o creados por el hombre, a lo largo y ancho del país se albergan lugares que contienen en sí una manera de vivir la realidad en una época. Entre ellos nos encontramos al Castillo de Chapultepec, un lugar emblemático que se encuentra rodeado por el bosque de Chapultepec y tiene una historia de más de doscientos años.
El Castillo de Chapultepec en el virreinato
El Castillo de Chapultepec se encuentra ubicado en la primera sección del bosque de Chapultepec en la Ciudad de México, cuenta con 11.8 hectáreas con un diseño barroco y neoclásico.
Tiene su origen en el virreinato, cuando los virreyes solían frecuentar la zona para descanso y recreación. El virrey Luis de Velasco mandó a construir un palacio de recreo en la falta del cerro.
Para 1784, este palacio fue destruido por una explosión de pólvora y para 1785, fue Bernardo de Gálvez quien ordenó el inicio de su construcción en ese mismo año, no obstante, quedó abandonado un par de décadas hasta su adquisición por el Ayuntamiento de México en 1806.
El Heroico Colegio Militar y la guerra de Reforma
En los años posteriores, el edificio se encontraba abandonado y deteriorado desde la compra del Ayuntamiento de México, algo que cambió cuando el Heroico Colegio Militar lo restauró para 1833, volviéndose sede del mismo en 1843. Se le construyó un torreón, lo que le confirió un aspecto de fortaleza.
En 1847, durante la intervención estadounidense en México, el recinto fue asaltado por el ejército estadounidense, ocasionándole varios daños así como la muerte de varios cadetes del ejército mexicano, quienes murieron el 13 de septiembre de ese mismo año. Después de asediarlo por varias horas, el castillo cedió ante el ejército invasor, con lo que dio origen a la ocupación estadounidense hasta la firma del Tratado Guadalupe Hidalgo, donde México cedió más de la mitad de su territorio.
Después una serie de remodelaciones debido a las batallas llevadas a cabo ahí, el Colegio Militar siguió ocupando el castillo desde 1849 hasta 1858, cuando Miguel Miramón usó el palacio como residencia presidencial entre 1859 y 1860, mientras se llevaba a cabo la guerra de Reforma. Fue ocupado por segunda ves por el Heroico Colegio Militar entre 1861 y 1863, antes de la segunda intervención francesa en México.
El Segundo Imperio Mexicano
Después de la segunda intervención francesa en México en 1863, el presidente Benito Juárez trasladó su gobierno a San Luis Potosí después de que el ejército francés tomara la Ciudad de México. Gracias a los conservadores, se instauró un Segundo Imperio siendo el regidor Maximiliano de Habsburgo y Carlota.
El monarca, junto con su esposa, ocuparon el castillo como residencia oficial, esto ayudó a que el lugar fuera remodelado para ser adaptado a un palacio y donde toma forma como castillo.
Algunas modificaciones realizadas durante esta época incluye la reparación de techos, pisos y ventanas, la producción de arcadas neoclásicas y balcones, jardines, un pórtico central, un torreón para comunicar ambas plantas del edificio, logias con columnas de hierro, entre otros más.
El castillo de Chapultepec no vio época más dorada que cuando se encontraron el monarca y su esposa, volviéndolo el recinto que ahora es. El régimen de Maximiliano terminó en 1867, con la muerte de Maximiliano y la restauración de la república por Juárez.
El porfiriato
Durante esta época, el castillo fue acondicionado para albergar la residencia presidencial el entonces presidente Sebastián Lerdo de Tejada en 1872. Con la llegada de Porfirio Díaz, el castillo sufrió modificaciones, como es la construcción del Observatorio Astronómico Nacional en 1878. También albergó una oficina telegráfica, donde se realizó la primera transmisión telefónica en México.
Durante el período en el que Díaz habitó el castillo como casa de verano, se le hicieron arreglos y modificaciones que modernizaron el palacio, como la construcción de unas escaleras que conectaran con la planta principal, la instalación de elevadores, una sala de boliche, un budoir (una pequeña habitación) privado, la instalación de vitrales, así como la remodelación de la escalera de los leones y pasamanos. Durante esta época, Díaz buscaba darle un nuevo aire al recinto.
El observatorio que estaba ahí siguió operando varios años más hasta su traslado a Tacubaya en 1883. Ese mismo año, el Colegio Militar regresó por una cuarta y última vez hasta 1914.
La Revolución Mexicana
Después del derrocamiento de Díaz, el castillo continuó siendo residencia presidencial durante gran parte de la Revolución Mexicana y hasta 1938. Este fue habitado por Francisco de León de la Barra y Francisco I. Madero entre 1911 y 1913.
Después, por instrucción de Venustiano Carranza, en 1916 se demolió el edificio al suroeste del Colegio Militar. Álvaro Obregón durante su mandato adecuó el espacio del Colegio Militar en la fachada del Ministerio de Fomento, así como otras adecuaciones.
Otros presidentes usaron el recinto para eventos, como la celebración de un baile por el cumpleaños de la hija de Plutarco Elías Calles. En 1929, el lugar sirve como escenario donde se firman los tratados de paz que terminaron con la Guerra Cristera.
Época contemporánea y actualidad
En 1934, el lugar deja de servir como hogar de los mandatarios para crearse Los Pinos, decretado por Lázaro Cárdenas. Pasaron varios años hasta que en 1944, abre sus puertas como reciento que alberga el Museo Nacional de Historia. En 1960, se inaugura el Museo del Caracol en la rampa de acceso al edificio.
Durante este período, el lugar dejó de ser un espacio usado por los mandatarios y el gobierno para convertirse en un sitio histórico, donde se adecuó como museo para el público. Durante ese periodo los artistas Juan O’Gorman y Jorge González Camarena realizaron dos de los murales que forman parte del acervo cultural e histórico del castillo.
En los años posteriores, el recinto se ha adecuado para convertirse en un lugar de acervo cultural conformado por una diversidad de objetos y documentos históricos. Se llevan a cabo, además, la realización de programas académicos, conferencias, conciertos, visitas guiadas y proyecciones cinematográficas. Se ha registrado que llega a tener más de un millón de visitas cada semana.