La pintura que asemeja un cuadrado negro se trata de una de las obras más controvertidas dentro de la historia del arte, pintado por el artista Malévich.
La pintura ha sido una de las disciplinas más esenciales dentro del mundo del arte, sea por la importancia que tiene, su historia, los artistas que han destacado en esta disciplina o los movimientos que se han suscitado dentro de esta modalidad artística.
Los movimientos o corrientes disruptivas en la pintura ha sido una de las constantes dentro de la misma, esto debido a la manera en la que, durante el surgimiento de una corriente, significa una renovación de la pintura, ya sea por el contexto social, político y económico que influye de manera relevante en la pintura.
Movimientos como el dadaísmo, el surrealismo, el arte conceptual, el pop art o el impresionismo fueron movimientos que, en su momento, causaron revuelo debido al rompimiento con el movimiento anterior y con lo establecido en la pintura.
Artistas famosos de la pintura existen muchos, desde los pintores del renacimiento al arte contemporáneo, son artistas que, si bien respondían a su época, causaron una impresión por la innovación y el significado que representaban, causando críticas e inclusive marginalización, pues muchos artistas se volvieron famosos después de su muerte, como sucedió con Van Gogh.
Kazimir Málevich, simplicidad disruptiva
Kazimir Malevich fue un artista que buscó la simplicidad y la abstracción como máxima expresión del arte o lo que es conocido como “el arte por el arte”.
Malevich fue un artista ruso que expresó el arte ruso de la época, un arte experimental y a la vez con una sensación de universalidad que no estuviera arraigado a su contexto, sino que pudiera entenderse sin las ataduras contextuales, buscando en la simpleza la complejidad.
Nació en 1879 en Kiev, Ucrania y desde joven decidió convertirse en artista, por lo que viajó a Moscú para serlo, allí pasó por diferentes estilos como el impresionismo, el simbolismo, el fauvismo, futurismo o cubismo.
En 1915, el año del nacimiento del Suprematismo, presenta un texto para presentar su propio trabajo en una segunda exposición llamada Última Exposición Futurista: 0,10. En esta exposición presenta treinta y nueve obras abstractas presentadas como el nuevo realismo pictórico, donde presenta una de las obras con más revuelo para la época, el famoso Cuadrado negro que supuso un giro en la evolución del artista y de la pintura moderna.
En esta corriente, el artista buscaba reducir los elementos pictóricos al mínimo extremo, como es el plano puro, el cuadrado, el círculo y la cruz, y desarrolla un nuevo lenguaje plástico que podría expresar un sistema completo de construcción del mundo, buscando así recodificar el mundo.
En los próximos años siguió trabajando en su arte, aunque tras la Revolución de 1917 abandona la pintura para dedicarse a la enseñanza y docencia en conferencias, talleres y cursos, además de investigaciones y de trabajar en distintas áreas relacionadas con el arte durante toda su vida.
Durante sus enseñanzas buscaba infectar a sus alumnos con la fiebre del suprematismo, que derivaría en el constructivismo, pero las ideas que tenía sobre el arte, como el realismo socialista, una corriente conservadora que rechaza la abstracción y busca lo figurativo, puso a Malevich en contra de las ideas de Stanlin.
El “Cuadrado negro”
La máxima simplicidad llevada hasta sus últimas consecuencias, es lo que describe el arte de este pintor, quien pretendió un arte que no hace otra cosa sino que expresarse a sí mismo sin ninguna simbología y pretende ser tal cual por sí solo. Esto está representado en el arte abstracto, el cual pretendía acabar con cualquier alusión al arte tradicional.
El suprematismo se alza como movimiento artístico de vanguardia, inventado por Malevich, quien buscaba las formas más abstractas y figuras geométricas básicas, lo que se observa en el cuadro llamado “Cuadrado negro sobre fondo blanco“.
De este cuadro, Malevich hizo al menos cinco versiones, de las cuales se conservan cuatro. El primero fue hecho en 1915 y se encuentra en la Galería Tretiakov de Moscú, donde también se encuentra la cuarta versión de 1929. El segundo de 1915 se ha dado por perdido, y el tercero se halla en el Museo Ruso de San Petersburgo y el último, del año 1930 o 1932 se encuentra en el Museo del Hermitage.
El Cuadrado negro se mostró por primera vez en la exposición llamada Última exposición futurista: 0,10 de 1915, realizada en Petrogrado. Aquí abandona el futurismo y presenta treinta nueva obras abstractas que las presenta como el nuevo realismo pictórico, colgando en una esquina del cuarto el famoso cuadro, irrumpiendo así en la manera típica de colgar los cuadros en la pared para su observación a la altura de la persona, donde obliga al espectador a voltear la mirada y volverse así una manera más de disrumpir el arte tradicional.
De esta manera, el suprematismo que presenta pretendía crear una representación de un universo que no contenía objetos, que hace alusión a la supremacía de la nada como última expresión de lo incognoscible, de lo no representable.
