Las autoridades de Costa Rica elevaron este miércoles a alerta roja el nivel de emergencia en el volcán Poás, tras una serie de erupciones con columnas de humo superiores a los 4,000 metros y caída de ceniza en comunidades cercanas.
El coloso, situado a 50 kilómetros al norte de San José, ha mostrado un aumento significativo de actividad desde inicios de semana, de acuerdo con la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), que también mantiene alerta naranja en zonas cercanas.
“Las columnas de humo aportan grandes cantidades de ceniza a los ríos y gases al ambiente”, indicó la CNE en un comunicado.
El volcán Poás, de 2,708 metros de altura, está rodeado de un espeso bosque y se encuentra cerrado al turismo por el riesgo que representan los bloques balísticos, los gases y la dispersión de ceniza.
Las autoridades recomendaron a la población usar mascarillas y evitar actividades al aire libre debido a la irritación que pueden causar los gases y partículas suspendidas. También existe preocupación por la posible afectación de ríos caudalosos en la provincia de Alajuela.
Uno de los cinco volcanes activos del país
Costa Rica tiene más de 120 focos volcánicos, pero solo cinco se mantienen activos: Poás, Rincón de la Vieja, Arenal, Irazú y Turrialba, según datos de la Red Sismológica Nacional (RSN).
El Poás ya había presentado una situación similar en 2017, cuando la actividad volcánica obligó a cerrar el parque por más de un año, lo que provocó pérdidas económicas importantes para las comunidades que dependen del turismo en la región.
