Miles de ciudadanos tomaron las calles de Culiacán, Sinaloa, este domingo para exigir la renuncia del gobernador Rubén Rocha Moya.
Vestidos de blanco y al grito de “Fuera Rocha” y “Sacaremos a ese buey de Sinaloa”, los manifestantes expresaron su indignación por la inseguridad en el estado.
La protesta se originó tras el asesinato de los menores Alexander, de 9 años, y Gael, de 12, junto a su padre Antonio Sarmiento, quienes fallecieron en un tiroteo en Culiacán el pasado 19 de enero.
Este crimen forma parte de una ola de violencia que ha dejado cerca de 800 muertos y casi 1,000 desaparecidos desde septiembre de 2024, según cifras de la fiscalía estatal.
La ola de violencia se atribuye a una disputa entre dos facciones del Cártel de Sinaloa, desencadenada tras la captura de Ismael “El Mayo” Zambada el 25 de julio de 2024.
Zambada fue trasladado a Estados Unidos por un hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, lo que ha intensificado la lucha por el control del territorio.
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Durante la manifestación, los ciudadanos quemaron una piñata con el rostro del gobernador y colocaron pancartas con mensajes como “Para sacar a los delincuentes de las calles, primero hay que sacarlos del gobierno”.
La movilización se replicó en otras localidades como Mazatlán, donde familiares de desaparecidos se congregaron para exigir justicia.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, manifestó su solidaridad con las familias afectadas y anunció un refuerzo en las acciones de seguridad en el estado.
No obstante, el secretario de Seguridad Pública, Omar García Harfuch, reconoció que, aunque los homicidios se redujeron un 35% entre octubre y diciembre de 2024, aún queda “trabajo por hacer”.