La interacción madre-hijo es clave para detectar de manera temprana el síndrome de Asperger y mejorar la calidad de vida de quienes lo presentan, afirma Fructuoso Ayala Guerrero, investigador de la Facultad de Psicología de la UNAM.
Este síndrome forma parte del espectro autista y se caracteriza por dificultades en la comunicación, aunque con menor impacto en comparación con otros trastornos.
Según el especialista, suele detectarse entre los 18 meses y los dos años de edad, cuando comienzan a evidenciarse problemas en la interacción hablada.
Señales de alerta en la infancia
Uno de los primeros indicios es la falta de respuesta en la interacción con la madre, como la ausencia de sonrisa, la imitación de balbuceos o la dificultad para seguir con la mirada a otras personas.
“La estimulación temprana es esencial para aprovechar la plasticidad cerebral”, explica Ayala Guerrero. Esta capacidad permite que el cerebro genere nuevas conexiones para compensar las áreas afectadas, lo que mejora la comunicación y la socialización.

Terapias y diagnóstico oportuno
El especialista señala que la detección y el tratamiento deben ser guiados por expertos en psiquiatría y neuropsicología. Existen terapias alternativas como la equinoterapia, que estimula el cerebro a través de la convivencia con caballos, y la delfinoterapia, que aprovecha los efectos sensoriales del agua y la interacción con estos animales.
Aunque no existe una cura, es posible controlar síntomas como la ansiedad o la depresión, que en ocasiones pueden llevar a diagnósticos erróneos.
Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que uno de cada 100 habitantes en el mundo tiene un trastorno del espectro autista, lo que equivale a unos 37 millones de personas. En México, la Asociación de Asperger estima que uno de cada 115 niños presenta esta condición.
El reto de la inclusión
El objetivo del tratamiento es que los pacientes alcancen la autosuficiencia en la edad adulta. La familia juega un papel fundamental en este proceso, pues el apoyo constante facilita su integración social.
En el ámbito escolar, el acompañamiento de una “persona sombra” permite que niños con Asperger desarrollen sus habilidades en entornos estándar. “Es importante enfocarse en sus fortalezas, ya que pueden tener una memoria excepcional”, concluye el investigador.
Cada 18 de febrero se conmemora el Día Mundial del Síndrome de Asperger, en honor al pediatra austríaco Hans Asperger, quien describió este trastorno en 1944. Desde 2013, el Manual de Diagnóstico y Estadística de Trastornos Mentales lo incluye dentro del espectro autista.
Con información de la UNAM.